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Memoria

Un cambio en la producción

Johanna Döbereiner iniciaba hace 50 años sus investigaciones con fijación biológica de nitrógeno

Una joven investigadora checa de 27 años arribó a Río de Janeiro en 1951. Poco más de diez años después ya era una de las principales responsables del ostensible cambio en el modo de producción de algunos cultivos agrícolas brasileños. Johanna Döbereiner (1924-2000) se había graduado en agronomía en la Universidad de Munich, Alemania, poco tiempo antes de llegar a Brasil, contratada por el Servicio Nacional de Investigación Agropecuaria, con sede Seropédica (Río de Janiero) y dependiente del Ministerio de Agricultura. Döbereiner empezó a trabajar en microbiología del suelo bajo la dirección de Álvaro Barcelos Fagundes, por entonces director de la mencionada unidad.

A partir de 1953, la investigadora abocó su atención al área de fijación biológica de nitrógeno (FBN). El punto de partida de Johanna fueron sus observaciones sobre la grama batatales, que crece en cualquier lugar y permanece verde y vigorosa sin necesidad de abonos nitrogenados. En 1958-59 publicó con algunos colegas suyos un trabajo sobre la FBN en la caña de azúcar en la Revista Brasileira de Biologia . Cuando expuso sus datos sobre la aparición de estos microorganismos en la caña, hubo una incredulidad manifiesta por parte de la mayoría de los investigadores.

“Nadie me tomaba en serio porque no existía en la literatura ninguna descripción de la asociación de esas bacterias con plantas superiores”, informó Johanna en una entrevista concedida al investigador Carlos Chagas Filho (1910-2000), publicada en el libro Cientistas do Brasil: Depoimentos (Edición Conmemorativa de los 50 Años de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia – SBPC). En 1963, Döbereiner recibió una invitación para participar de la recientemente creada Comisión Nacional de la Soja.

De entrada se metió en una disputa: la tendencia era usar el abono nitrogenado, de costo elevado. Johanna insistió en que Brasil debería apostar al uso de bacterias fijadoras de nitrógeno, y ganó en la discusión. El resultado ya es conocido: a partir de 1964, el programa brasileño de mejoramiento de la soja se basó íntegramente en el proceso de FBN, y Brasil se convirtió en el segundo productor mundial de ese grano. El ahorro anual con fertilizantes nitrogenados asciende a más de 1.500 millones de dólares. Johanna trabajó siempre en la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa Agrobiología, con sede en Seropédica) y luego también en la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro.

Sus estudios tuvieron reconocimiento internacional, llegó a ser nominada para el Premio Nobel en 1997 e influyen aún hoy en día en las principales líneas de investigación sobre el tema en Brasil y en el exterior. En mayo pasado, por ejemplo, expertos de siete instituciones de Río de Janeiro anunciaron la conclusión del secuenciamiento de la Gluconacetobacter diazotrophicus , una de las bacterias responsables de la FBN en la caña de azúcar. Con las informaciones obtenidas, los investigadores intentarán incrementar el rendimiento metabólico de la bacteria, para ampliar su capacidad de fijación de nitrógeno.

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