Rosas e imán, una combinación que dio resultado. Un estudio realizado durante dos años con agua tratada magnéticamente para regar las flores presentó como resultado una mejor calidad de las plantas después del corte y aumento de la productividad. “Con aplicación de la técnica, el rosal pasó a crecer más rápidamente, tener un tallo más largo, botones y hojas más grandes y calidad bastante apreciada en el producto”, dice Rogelio Costa que hizo la investigación como parte de su disertación de maestría orientada por el profesor Luis Alberto Jermolvicius, del Laboratorio de microondas del Instituto Mauá de Tecnología de São Caetano del Sur en el ABC paulista. Al final de 12 meses el ciclo completo de florecimiento de las rosas, fue registrando un aumento de la productividad del 23% en el área de cultivo regada con el agua tratada con un conjunto de imanes fijos. La variedad de rosa seleccionada, un cultivo del Grupo Flora Reijers, productor de Andradas, en Minas Gerais, es muy sensible a los cambios climáticos, de calidad del agua y de la concentración de nutrientes. Los investigadores todavía no tienen explicación científica para los resultados obtenidos. Costa espera obtener esa respuesta con su tesis de doctorado.
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