Día tras día, casi 1.000 habitantes de la así denominada Región Metropolitana de São Paulo – la mancha urbana formada por la capital paulista y los 37 municipios vecinos, con 17 millones de habitantes – empiezan a caminar o a practicar algún tipo de actividad física con regularidad. En el llamado ABC paulista, son alrededor de 40 personas más que diariamente deciden levantarse temprano e incorporar para sí el hábito de caminar por la calle o en el parque más cercano a su domicilio, de acuerdo con el Centro de Estudio del Laboratorio de Aptitud Física de São Caetano do Sul (Celafiscs), la misma institución que verificó el nada desdeñable crecimiento de un 2% anual en el contingente de paulistas que insertaron la actividad física a su rutina.
Pero, no seamos localistas: la opción de hacer ejercicios físicos regular y moderadamente para combatir la obesidad y sedentarismo avanza también en otras capitales brasileñas. Así, Curitiba, localidad vista desde hace años como un ejemplo de planificación urbana, despunta ahora como una buena ciudad para la realización de actividades físicas, de acuerdo con un estudio llevado a cabo con base en entrevistas realizadas con 2.000 personas en 30 municipios paulistas – incluida allí la ciudad de São Paulo – y 400 en la mencionada capital del estado de Paraná. Entre los curitibanos, el 31% conocía las franjas exclusivas para bicicletas existentes en su ciudad, recordadas a su vez por tan solo el 19,6% de los paulistas en promedio.
A su vez, entre los curitibanos el 35% conoce los espacios de esparcimiento gratuitos, donde se puede caminar y practicar deportes; esto en comparación con un 25%, en el caso de los paulistas. Al comparar el nivel de actividad física entre ambos grupos de ciudades, el autor del mentado estudio, el médico ortopedista Victor Matsudo, presidente del Celafiscs, notó un resultado equivalente: alrededor del 60% de los habitantes, tanto los de la capital de Paraná como los de las ciudades paulistas, realiza actividad moderada. “Podemos interpretar estos datos como un signo de que el mensaje del programa Agita São Paulo está rindiendo sus frutos, y la gente es ahora más consciente acerca de la importancia del ejercicio físico”, comenta Matsudo, organizador del 26º Simposio Internacional de Ciencias del Deporte, que se realizará entre los 23 y 25 de octubre en la capital paulista.
Agita São Paulo, uno de los puntos destacados de este encuentro, en el cual está prevista la presentación de 900 trabajos científicos, es un proyecto que desde 1996 difunde la idea de que no es necesario practicar deportes o inscribirse en un gimnasio para ejercitarse con eficiencia. Al contrario: los atletas de fin de semana y los que ejercitan compulsivamente sus músculos corren riesgos, debido a que exigen demasiado de su propio cuerpo. En el marco del proyecto Agita São Paulo se pregona que vale más incorporar al día a día hábitos saludables, que ni siquiera parecen ser gimnasia, tales como subir escaleras en lugar de ir por el ascensor, llevar al perro a pasear y descender del ómnibus en la parada anterior a la de destino. Caminar durante 30 minutos diariamente – en hasta tres bloques de 10 minutos – es lo suficiente como para ahuyentar la obesidad y el sedentarismo, responsables por entre el 15% y el 20% de los casos de cáncer, enfermedades del corazón y diabetes.
Agita São Paulo es el resultado de una asociación entre el Celafiscs y la Secretaría de Estado de Salud de São Paulo, una propuesta formulada en 1996 por el entonces Secretario de Salud, José da Silva Guedes. “Hubo un tiempo en que los problemas de salud se resolvían con obras de saneamiento, y dependíamos de los ingenieros para promover la salud”, comenta Guedes, profesor de Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina de la Santa Casa de São Paulo y consultor científico del proyecto Agita São Paulo. Luego fue el turno de las vacunas y los medicamentos: he ahí la salud en manos de médicos y enfermeros. “Hoy en día, cuando el sedentarismo es un factor de riesgo para una serie de problemas de salud”, dice Guedes, “podemos contar con un profesor de educación física que nos oriente sobre ejercicios, o con un grupo de vecinos que resuelve hacer caminatas.”
Guedes fue profesor de Matsudo en la Santa Casa, y desde los años 70 seguía su trabajo. Pero este nuevo acercamiento redundó en la creación de una organización no gubernamental, también llamada Agita São Paulo, formada por la secretaría y el Celafiscs. Este modelo fue decisivo: si fuese un programa exclusivamente privado, quizá no contase con recursos para crecer; si fuese únicamente público, estaría sujeto a los vaivenes políticos, que fue lo que sucedió con uno de los frutos del Agita São Paulo: el Agita Brasil, creado en 2000 por el Ministerio de Salud, pero luego interrumpido con el cambio de gobierno.
“Al principio fuimos muy criticados, pues nadie creía que el ejercicio moderado fuese lo suficiente”, recuerda el profesor de educación física Luis Carlos de Oliveira, del Celafiscs. Pero, poco a poco, el Agita São Paulo creó actividades para públicos específicos: jóvenes, ancianos y trabajadores. La más abarcativa de éstas es Agita Mundo, que forma parte de una red mundial de caminatas realizadas con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud, festejado el 7 de abril.
En las calles y en el metro
El proyecto Agita, que cuenta con el apoyo del actual secretario de Salud de São Paulo, Luiz Roberto Barradas Barata, también estimula a las municipalidades a construir sendas peatonales y ciclovías, y a hacer campañas en lugares públicos. “Cuando existen los ambientes adecuados y buena información, la gente comienza a caminar con regularidad”, comenta Oliveira. En las estaciones de trenes y subterráneos, el programa instaló carteles que sugieren el uso de las escaleras comunes en lugar de las escaleras mecánicas. El año que viene el programa se integrará al esfuerzo de la Organización Mundial de la Salud, que ha definido para 2004 el lanzamiento de su estrategia global de combate contra la obesidad y el sedentarismo. Y el mensaje será el mismo: 30 minutos por día de actividad física bastan para prevenir enfermedades y asegurar una buena calidad de vida.
Entre los invitados extranjeros al simposio hay tres estadounidenses. Barry Franklin, de la Wayne State University, dictará una conferencia en la cual se referirá a los beneficios de las caminadas. Steven Blair, del Instituto Cooper, presentará un estudio llevado a cabo con 16.878 hombres con edades entre 40 y 87 años, que establece una relación estadística entre el mal acondicionamiento cardiorrespiratorio y la ocurrencia de derrames cerebrales. Entretanto, Mike Práctt, del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), narrará la experiencia de la campaña Healthy People 2000, pionera en la difusión del estilo de vida activo.
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