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Especial

Agua limpia para Potim

Un proyecto de mejora que produce resultados inmediatos

Hace poco más de dos meses, los habitantes del municipio de Potim tuvieron una sorpresa: el agua de las canillas de sus casas no tenía más aquel olor desagradable. Éste fue el primer resultado del proyecto que la Facultad de Ingeniería de Guaratinguetá, de la Unesp, venía realizando junto con la alcaldía desde enero. “El agua era de pésima calidad”, dice el director de la División de Obras del municipio, José Benedito Angeliéri. La mejora de la calidad del agua fue producto de la colocación de dosificadores de cloro en tres pozos artesianos, ya en la primera fase del proyecto -lo que será ahora complementado con la aplicación de flúor. La propuesta original de la FEG, que prevé la creación de una metodología capaz de evaluar la calidad del agua suministrada por los sistemas municipales, tuvo así un choque de realidad.

“Percibimos que era posible mejorar las características del agua inmediatamente”, dice el coordinador del proyecto, ingeniero Herman Jacobus Cornelis Voorwald. El municipio de Potim, emancipado de Guaratinguetá, en el Vale do Paraíba, en 1992, tiene 13,5 mil habitantes y es bastante humilde. “Nunca había visto que un proyecto tuviera tanto impacto con tan poco dinero”, comenta el coordinador. La compra de una computadora y una impresora, por ejemplo, permitió que Potim comenzara a imprimir sus propias facturas de agua, evitando así los atrasos en la entrega.

En la segunda fase, se pretende expandir la red con la construcción de otros dos pozos artesianos, incluso porque el presidio de Potim, cuyas obras están en fase de conclusión, aumentará el consumo de agua. Otra medida prevista es la realización de una campaña para incentivar a los habitantes a limpiar los tanques de agua -tarea sin la cual de nada sirve llevar agua limpia hasta las casas. Se pretende también testear la metodología de control, tanto de la calidad del agua como de la operación de la red de distribución.

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