Imprimir Republish

Memoria

Aguas domadas

Hace 30 años comenzaban las obras de Itaipú, la central hidroeléctrica más grande del mundo

En enero de 1975, los tractores entraron en acción, conducidos en ese momento por no más que un puñado de hombres, y empezaron a limpiar un retazo de bosque aledaño a la ciudad de Foz do Iguaçu, estado de Paraná, en la frontera con Paraguay. Algunos años más tarde, esa obra adquiriría notoriedad mundialmente como una de las siete maravillas de la ingeniería moderna, la más grande construcción de Brasil. La Central Hidroeléctrica de Itaipú Binacional llegó a tener 40 mil personas trabajando simultáneamente para domar las aguas del río Paraná, excavar tierra y roca (en un volumen 8,5 veces mayor que el extraído en el Eurotúnel) y producir una cantidad de hormigón armado incomparable (suficiente como para construir 250 estadios como el Maracanã).

Esta aventura, en la cual todos los números son grandes, tuvo también sus ribetes trágicos -muchas áreas fueron inundadas, y el fantástico conjunto de pequeñas cascadas conocido como Salto de Sete Quedas desapareció bajo el lago de la hidroeléctrica. Itaipú empezó a cobrar forma en 1966, cuando Brasil y Paraguay decidieron oficialmente aprovechar los formidables recursos hídricos de la región.

En 1970, ambos países contrataron a un consorcio internacional para hacer los estudios de factibilidad y dar inicio al proyecto (el ente binacional Itaipú se creó cuatro años después). La idea inicial era hacer varias centrales a lo largo del río Paraná, pero problema radicaba en que, al desviar el río hacia la margen brasileña, se alteraría la frontera entre los dos países. Y también existía otro obstáculo: lo que determina la producción de energía es la caída de agua en el río.

En el punto de mayor caída, de 120 metros, se erigió la central, en el área prevista inicialmente. Al final, se optó por la construcción de una gran hidroeléctrica con una potencia instalada de 14 mil megavatios. Fueron ingenieros, técnicos y obreros brasileños en mayor número, pero también paraguayos, los que hicieron Itaipú (que quiere decir “piedra que canta”, en tupí-guaraní) con la colaboración efectiva de un consorcio de empresas como Siemens y Asea Brown Boveri (ABB), que produjeron los equipos. Un ingeniero hindú llamado Gurmukh Sarkaria, diseñó la central, eligió el sitio ideal y la fórmula más económica de la represa. Sarkaria optó por emplear una técnica conocida como gravedad aliviada (o formato catedral), un modo de contener eficientemente el peso del agua economizando concreto. Las 18 columnas que apuntalan el paredón del embalse son huecas, pero son tan resistentes como si fueran  macizas. La diferencia radica en que el consumo de concreto, ya de por sí colosal, se incrementaría significativamente. Itaipú requirió otras soluciones tecnológicas. A la época se creó un laboratorio de concreto para brindar apoyo a los ingenieros. Luego se creó también un software llamado Scada, especialmente diseñado para realizar el monitoreo de la producción y la operación de la central. “Nuestro sistema de medición de energía hace posible la obtención de una mayor cantidad de datos referentes a la producción de energía y puede interesar a otras usinas de gran porte, como la de Tres Gargantas, que se encuentra en construcción en China”, dice el director general brasileño de la binacional, Jorge Samek. La obra china tendrá un reservorio mayor que el de Brasil-Paraguay y más potencia instalada (18 mil megavatios, ante los 14 mil megavatios de Itaipú). Con todo, como el caudal del río Paraná es más estable que el del río Yang-tse, el rendimiento chino será más bajo. Tres Gargantas producirá 84 mil millones de kilovatios/ año (kWh)/ año. En 2000, Itaipú produjo un récord de 93 mil millones de kWh. Y con la instalación de las dos últimas turbinas (de un total de 20) se superaría esta marca. Y a su vez, cabe acotar que se encuentra en construcción el Parque Tecnológico, una inversión binacional destinada a dar apoyo para el desarrollo tecnológico y social de la Triple Frontera y del Mercosur.

Republicar