Las algas, una de las más antiguas formas de vida existentes en la Tierra, constituyen actualmente una de las grandes apuestas para la producción de biocombustibles. Además de la alta productividad observada en laboratorio, no requieren agua potable ni fertilizantes para desarrollarse, ni tampoco compiten con la tierra usada en el cultivo de alimentos. En Brasil, el interés por el tema creció y cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CNPq), que invertirá en dos años 4,5 millones de reales en 11 proyectos que tienen por objeto investigar el potencial de las algas para la producción de biodiesel. Los proyectos fueron seleccionados entre 63 presentados por investigadores de todo Brasil en respuesta a un llamado emitido en 2008. El primer problema que deberán sortear los investigadores de Río Grande do Sul, Bahía, Paraná, Santa Catarina, Goiás y São Paulo seleccionados será producir combustible de algas a bajo costo.
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