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Tecnociencia

Con el dolor controlado

La morfina, un derivado del opio, es el analgésico más prescrito en casos de dolores intensos o crónicos, pero tiene mala fama debido a sus efectos colaterales, incluso porque genera dependencia cuando su uso no es adecuado. Hace 30 años, Sérgio Ferreira, de la Universidad de São Paulo (USP) de la localidad de Ribeirão Preto, descubrió los efectos analgésicos periféricos de la morfina, y abrió así la posibilidad de eliminar los efectos indeseables de esta droga. Con la colaboración de otros investigadores de la USP y de la Universidad Federal de Minas Gerais, Thiago Cunha ha dilucidado ahora los mecanismos bioquímicos que permiten que la morfina tenga también efecto sobre los dolores localizados. Cuando activa receptores en neuronas periféricas especializadas en detectar dolor, la morfina desencadena una cascada de señalización bioquímica que termina bloqueando la sensibilización de estas neuronas y aplaca los dolores causados por la inflamación. En un futuro, drogas que reproduzcan este mecanismo analgésico de la morfina pueden erigirse en un recurso importante para aliviar los síntomas dolorosos de las reacciones inflamatorias, según  indica un artículo publicado en PNAS.

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