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Tecnociencia

Con la mira en las rajaduras

Un pequeño sensor, que prácticamente cabe en la palma de la mano, podrá transformarse en breve en un importante aliado para evaluar la “salud” estructural de viaductos, puentes, túneles y edificios. Dotado de una tecnología inédita, este sensor será capaz de monitorear la fatiga de materiales tales como el acero y el hormigón, presentes en pilares, columnas, paredes y otras estructuras de sustentación. La novedad de este aparato, desarrollado por el Laboratorio Nacional Sandia, vinculado al Departamento de Energía de Estados Unidos, es que funcionará sin baterias ni ningún tipo de alimentación eléctrica externa. El sensor transformará la energía mecánica producida por las vibraciones que afectan a la construcción en electricidad, alimentando de esa forma a sus componentes.

Al mismo tiempo, efectuará una completa evaluación de la estructura, midiendo el desgaste que ésta sufre. Las informaciones reunidas se almacenarán en el sensor, que será dispuesto dentro de los pilares o vigas ya en el acto de su construcción, y podrán rescatarse por medio de un lector de radiofrecuencia apuntado hacia el lugar en donde éste se encuentra. El pequeño instrumento está constituido por materiales cerámicos piezoeléctricos que producen electricidad cuando son sometidos a algún tipo de presión. Los inventores del sensor creen que podrá ser sumamente útil para monitorear el estado de edificios, puentes y torres que se encuentran en áreas afectadas por terremotos, vendavales y ataques con bombas.

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