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Ingeniería Eléctrica

Con los cables conectados

Una pequeña empresa innova y produce medidores de corriente y de campos magnéticos

El electromagnetismo constituye la materia prima que amalgamó al ingeniero electrónico Carlos Shiniti Muranaka, la física Marília Emura y el ingeniero mecánico Marcelo Lancarotte en la empresa Globalmag, fabricante de equipos de medición de campos magnéticos y corrientes eléctricas. Los tres socios fundadores de la empresa en 2001, en el Centro Incubador de Empresas Tecnológicas (Cietec) de São Paulo, inauguraron en febrero pasado su sede propia en la localidad de Cotia, interior de São Paulo. Es una trayectoria que ha sacado al mercado de instrumentos de precisión la experiencia académica y profesional de los tres, salidos de la Universidad de São Paulo y el Instituto de Investigaciones Tecnológicas. El principal logro de esta pequeña empresa, que aún no tiene empleados, fue el desarrollo de aparatos llamados transductores. “Son instrumentos que transforman una intensidad eléctrica, por ejemplo (mediada en amperes), en tensión (voltios) con base en principios magnéticos”, dice Muranaka. Globalmag posee una serie de dispositivos destinados a medir la corriente, sin por ello tener cortar el cable o desconectar equipos. “Por medio de transductores flexibles o alicates de corriente, es posible medir corrientes eléctricas sin paralizar una fábrica.”

El mayor reto fue construir transductores para una siderúrgica, cuyo nombre prefieren dejar en el anonimato. “Fueron 48 medidores de conductores empleados en los hornos de una central para corrientes de entre 5 y 9 mil amperes (a modo de comparación, puede decirse que un fusible de la caja de luz de una casa hay 60 amperes)”, comenta Muranaka. “No sabían cómo medir esa corriente sin paralizar la producción”, dice Lancarotte. Este uso y otros medidores similares son subproductos de un proyecto financiado por el Programa de Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP. “Nuestra intención inicial era fabricar un transductor que midiera la corriente continua (empleada en equipos eléctricos) y la alterna (la que va por los cables y torres de transmisión)”, dice Lancarotte. “Llegamos a vender 12 unidades, pero el mercado prefiere los que se fabrican en China, que son un 30% más baratos”. Pese a ser más sofisticado, el producto brasileño no tiene la escala de producción del chino.

Al margen de los transductores, producen un medidor de campo magnético que prueba la calidad de los imanes de los altoparlantes acústicos y de las llamadas trampas magnéticas, usadas en las cintas industriales de cereales y otros alimentos, que eliminan posibles contaminaciones con materiales ferrosos. Este aparato es portátil y mide también el magnetismo residual de herramientas que precisan estar desmagnetizadas. “En este caso, competimos en el mercado con un equipo más barato, robusto y preciso”. Con la producción y la venta de medidores de campo magnético y transductores, la empresa facturó el año pasado 150 mil reales, con un crecimiento anual del 30%.

Otro campo de actuación de la empresa fue un contrato firmado en 2003 para representar a la empresa Lake Shore, cuya sede se encuentra en Estados Unidos, y fabrica equipos de uso científico e industrial en el área de magnetismo y de bajas temperaturas.

El proyecto
Desarrollo de transductores de corriente de alta precisión con malla de realimentación microprocesada (nº 01/03194-3); Modalidad Programa de Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE); Coordinador Carlos Shiniti Muranaka – Globalmag, Inversión R$ 93.250,00 y US$ 3.856,30 (FAPESP)

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