La frase “el conocimiento es para compartirlo” parece banal y previsible en boca de cualquier intelectual. Pero cuando el que la decía era José Mindlin, cobraba un significado fuertemente concreto. “El doctor José realmente compartía su riquísima biblioteca con quien se lo pidiese para hacer consultas”, dice Cristina Antunes, bibliotecaria que trabajó durante 30 años con el empresario. “Esta generosidad no es muy común entre los que coleccionan libros”, afirma Antunes, quien estuvo a su lado durante una buena parte de la formación de la colección. En las últimas dos décadas, su fama de bibliófilo se sobrepuso a las otras actividades que ejercía: periodista, abogado, empresario, secretario de Estado y miembro de la Academia Brasileña de Letras. Mindlin, quien tuvo cuatro hijos, falleció a los 95 años en São Paulo el día 28 de febrero como consecuencia de una falencia múltiple de órganos.
“José Mindlin dejó un legado incalculable a la cultura y la ciencia”, dijo Celso Lafer, presidente de la FAPESP. Fundador de la industria de autopartes Metal Leve, el empresario tuvo una importante actuación como consejero de la FAPESP (1973-1974) y como secretario de Cultura, Ciencia y Tecnología del Estado de São Paulo (1975-1976). Cuando estuvo en el Consejo Superior de la FAPESP, tomó conocimiento de un decreto que había transformado a los institutos de investigación en empresas. Al salir del consejo para asumir como secretario de Estado, participó activamente en el proceso de anulación de dicho decreto. “La transformación de todos los institutos en compañías era algo que no tenía sentido, pues si bien hay institutos que pueden vender servicios, por eso pueden transformarse en empresas, otros hacen investigación y no reúnen las condiciones como para vender servicios”, dijo Mindlin en el libro FAPESP – Uma história de política científica e tecnológica, organizado por Shozo Motoyama.
Como secretario de Estado, el empresario tuvo a la FAPESP bajo su responsabilidad administrativa. “Fue importante en el nombramiento del profesor William Saad Hossne en su segunda gestión como director científico de la Fundación. Fue un período difícil desde el punto de vista político en razón de las restricciones del régimen militar, y el profesor Saad, junto con Mindlin, encaró ese desafío preservando la autonomía de la FAPESP”, dijo Lafer. También en la secretaría, el empresario llevó adelante el diálogo entre la cultura literaria y humanística y la cultura científica. “Era precisamente un hombre de cultura, pero con un enorme interés en las áreas de ciencia y tecnología”. En Metal Leve, una de sus preocupaciones fue la creación de un centro de investigaciones. “La empresa cobró relevancia en el escenario industrial de Brasil por hacer investigación asociada a la universidad”, dijo Lafer.
Mindlin desempeñó una actuación relevante durante el período en que dirigió el Departamento de Ciencia y Tecnología de la Federación Industrial del Estado de São Paulo (Fiesp). “En su actuación empresarial dio preponderancia tanto a la investigación como al diseño, que es una dimensión importante no solamente desde el punto de vista de la funcionalidad y de la calidad del producto, sino también en lo que hace a su apariencia estética”, apuntó Lafer. Carlos Henrique de Brito Cruz, director científico de la FAPESP, destacó la importancia de su actuación en el campo cultural y científico. “Mindlin fue un gran amigo de la FAPESP y realzó el valor de la ciencia, la tecnología y la cultura en los diversos cargos de liderazgo que ocupó. En distintas ocasiones contribuyó con la Fundación con ideas y sugerencias”, afirmó.
Brasiliana Digital
Brito Cruz recordó también el impacto de la donación en 2006 de los más de 40 mil ejemplares (17 mil títulos) de la Biblioteca Guita y José Mindlin a la Universidad de São Paulo (USP). “Recientemente, la FAPESP concedió un apoyo significativo para que la USP realizara la digitalización de los volúmenes que donó Mindlin, en el marco de una importante iniciativa destinada a dar publicidad a esa hermosísima colección”, dijo. La Fundación apoyó el proyecto Brasiliana Digital, que pondrá a disposición vía internet, con acceso libre, toda la colección que Mindlin reunió durante más de 80 años, además de otros archivos de la USP. Los recursos hicieron posible la compra de un sistema integrado de digitalización robotizada de libros. Parte del archivo ya se encuentra disponible en www.brasiliana.usp.br.
De acuerdo con Pedro Puntoni, coordinador de la Brasiliana Digital y docente del Departamento de Historia de la USP, la base de la iniciativa es el proyecto Brasiliana USP –cuyo coordinador general era el historiador István Jancsó (lea el artículo en esta edición)–, del Instituto de Estudios Brasileños (IEB) de la USP. Para alojar el archivo donado por Mindlin y la nueva sede del IEB, se está construyendo un edificio de 20 mil metros cuadrados en el centro de la Ciudad Universitaria de São Paulo. “Echamos mucho de menos al doctor Mindlin y es triste que él no pueda ver esta gran casa de libros de la cual era responsable ya terminada”, declaró Puntoni a Agência FAPESP. El objetivo es concluir las obras dentro de un año. La Brasiliana está constituida por libros, documentos, mapas e imágenes que se refieren a la historia y la cultura brasileña.
El investigador añade que además de las nuevas instalaciones de la biblioteca y de la digitalización de toda la colección, existe un proyecto asociado que prevé la creación del Centro de Restauración del Libro y el Papel Guita Mindlin, destinado a atender la demanda de la USP en lo que hace a la formación de restauradores profesionales. Guita, la mujer de Mindlin, quien murió en 2006, era conocida como una eximia restauradora. “Con la creación de este espacio pretendemos formar un centro de convergencia de múltiples disciplinas alrededor del objeto libro”, afirmó.
João Grandino Rodas, rector de la USP, dijo que Mindlin pensaba en la digitalización de la colección como modo de universalizarla. “Aceptamos esa idea imaginando que eso no debía circunscribirse únicamente a la Biblioteca Brasiliana”, comentó. “Mindlin nos mostró la necesidad de digitalizar todo el archivo de la USP en sus 41 unidades, que no puede ser confinado entre cuatro paredes y limitado a la consulta en días hábiles”. Otro aspecto importante de la contribución de Mindlin, según Rodas, fue el esfuerzo realizado durante 15 años en pos de lograr que la USP aceptase la donación de su colección. “Nos dimos cuenta de que en las universidades públicas brasileñas generalmente resulta harto difícil la donación de colecciones particulares”. Para el rector, esta situación es insostenible. “Verificamos que actualmente en el mundo hay distintas bibliotecas reciben colecciones importantes donadas por brasileños a universidades extranjeras, pues no logran hacer lo mismo en Brasil”, dijo. “Gracias a Mindlin, estos procedimientos se tornarán más fáciles.”
El genetista y el historiador
Investigador, médico, profesor, divulgador de la ciencia, formulador de políticas para la enseñanza de la ciencia, y por encima de todo, formador de varias generaciones de genetistas brasileños, Oswaldo Frota-Pessoa murió en São Paulo el día 24 de marzo, seis días antes de cumplir 93 años. Frota era profesor emérito del Instituto de Biociencias de la Universidad de São Paulo (IB/USP) y uno de los pioneros de la genética humana y médica en Brasil. Dejó tres hijos.
El genetista nacido en Río de Janeiro se graduó en historia natural en la Escuela de Ciencias de la Universidad del Distrito Federal en 1938 y luego en la Facultad de Medicina de la Universidad de Brasil (actual Universidad Federal de Río de Janeiro) en 1941. Durante 20 años fue profesor secundario de biología en escuelas públicas de Río.
En los años 1940 Frota-Pessoa empezó a colaborar con el grupo de genética de la USP encabezado por André Dreyfus, uno de los responsables de la llegada a Brasil de Theodosius Dobzhansky, introductor del estudio de la genética de la drosófila (la mosca de la fruta) en el país. En la década de 1950 fue becario de la Fundación Rockefeller en el laboratorio de Dobzhansky de la Universidad de Columbia, en Nueva York, y trabajó en Washington en la Organización de Estados Americanos. Durante ese período escribió el libro Biologia na escola secundária, a pedido del Ministerio de Educación brasileño. A su regreso a Brasil, en 1958, fue a la USP.
En esa época, Frota-Pessoa estudió una ciudad de Goiás donde había muchas familias con individuos sordomudos y escribió su primer trabajo en genética humana. Decidió entonces dejar las drosófilas de lado e internarse en la nueva área junto a Newton Freire-Maia, Francisco Salzano y Pedro Henrique Saldanha, todos pioneros de la genética humana y médica en Brasil. Y todos ayudaron a formar generaciones de especialistas como Mayana Zatz, de la USP, dirigida por Frota-Pessoa.
“En la década de 1960, el genetista Crodowaldo Pavan invitó a Frota a abrir un servicio de genética humana y médica en el Departamento de Biología del IB/ USP”, comentó Mayana en su blog. “Ese servicio terminó transformándose en 2000 en el Centro de Estudios del Genoma Humano, con el apoyo de la FAPESP. Es el más grande del área en América Latina.”
Historia
También en marzo hubo otra pérdida para la investigación científica brasileña, en este caso en las ciencias humanas. El historiador István Jancsó, profesor titular del Instituto de Estudios Brasileños de la USP y coordinador general del proyecto Brasiliana, murió el día 23, como consecuencia de complicaciones renales. El proyecto Brasiliana es depositario de la colección de libros de José Mindlin (lea en esta edición).
Nacido en Hungría y graduado en historia en la USP en 1963, Jancsó estudiaba la problemática de las estructuras nacionales. Desde 2004 coordinaba el proyecto temático La formación del Estado y de la nación en Brasil (1780-1850), financiado por la FAPESP. Además de ejercer en la USP, Jancsó fue docente de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo, de la Universidad Federal de Bahía y de la Universidad de Nantes, Francia. Era profesor libre docente por la Universidad Federal Fluminense. Editaba la revista electrónica de historia Almanack Braziliense y era miembro del consejo editorial de cinco revistas especializadas.
La vida y la trayectoria intelectual del historiador saldrán contadas en el libro Um historiador do Brasil, István Jancsó, que tuvo la participación directa del propio Jancsó, de acuerdo con Agência FAPESP. Los autores Andrea Slemian, Marco Morel y André Micásio Lima recabaron testimonios del historiador a lo largo de dos años. El libro se encuentra en prensa.
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