Lejos están los tiempos heroicos en que los compositores entablaban una durísima batalla para “edificar la gran obra revolucionaria”. Así es como el compositor Marco Scarassatti, paulista de la ciudad de Campinas, de 41 años, docente de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), abre su reflexión sobre el Ofício do compositor hoje (Perspectiva, 2012), una compilación de 14 ensayos coordinada por Lívio Tragtenberg. La mayoría de los textos apunta una preocupación por demarcar territorio. Scarassatti y el compositor paulista Silvio Ferraz, de 52 años, de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp), son dos investigadores que piensan de manera consistente la creación musical de hoy en día.
“El campo de actuación de los compositores se vuelto actualmente mucho más vasto y abarcador que la capacidad de expandirse del concepto música. La música se vuelve tan sólo una más entre las artes ligadas a lo sonoro o al arte sonoro”, escribe Scarassatti. “Mi trabajo se inserta mucho más en el campo del arte sonoro que en la música.”
Autor del excelente Walter Smetak, o alquimista dos sons (Perspectiva, 2008), sobre el “escultor sonoro” suizo radicado en Bahía que formó a generaciones de músicos eruditos y populares, Scarassatti dice que también le gusta “construir música materialmente, con mis propias manos”. Al igual que Smetak, él inventa instrumentos musicales con pedazos de objetos abandonados, junta fragmentos conceptuales de otras culturas y moldea esa juntura con prácticas de exploración sonora a través de la improvisación dirigida. Su grupo Sonax crea esculturas musicales e intervenciones sonoras con live electronic. Los materiales son: cajas de madera, tubos de PVC, chatarra, poleas, muelas, sogas, clavijas, etc. “Mi interés es el sonido acústico, la invención de nuevos instrumentos que conjugue la búsqueda de nuevas sonoridades con la forma plástica.”
En el libro se reproducen diversas esculturas sonoras. Su sueño es “vivir de la recolección de objetos y fragmentos de objetos que nos rodean. Componer y recomponer utensilios, aparatos, artefactos en general (…) habría solamente negociación y permuta. Una feria de trueques.”
Negociación de la escucha, feria de trueques. Puede ser casualidad, pero no parece serlo. El artículo de Silvio Ferraz, intitulado “Escuchas y reescrituras”, se construye sobre aforismos que se interconectan. “Escribir música corresponde a hacer pasar en un mismo momento, en un puñado de espacio-tiempo sonoro, un tanto de vida, de gente y de lugares”. Silvio plantea “silenciar los códigos” aferrados “a la idea de arte, y el arte se confunde con lo bello, con lo útil, con lo importante, con lo noble, con lo revolucionario”. Marco y Silvio rechazan “la gran obra revolucionaria”. Quieren interactuar con “la vida, la gente, los lugares” (Silvio); componer/ recomponer el mundo a partir de junturas de pedazos de objetos (Marco).
Silvio apunta otros vértices. Advierte que “en el juego de escribir música, lo más difícil quizá sea mantenerse como potencia libre, como línea suelta que se conecta a más de un colectivo, que delimita un espacio al mismo tiempo que se abre a otros”. Compara el arte del compositor al del enjambre. En el centro, las abejas son más lentas; en el borde, más sueltas, a mayor velocidad.
“El arte de un compositor radica en ora encontrar el centro y perder su velocidad de invención, ora ubicarse en el borde y librarse de los códigos determinantes de lo colectivo”. Es una paradoja, pues al mismo tiempo que “está contento, pues su trabajo es aceptado”, él “cuestiona esa aceptación, reconoce que ha perdido la fuerza que le imprimía velocidad”.
Asume el movimiento pendular entre la vanguardia y la tradición, a sabiendas de que, “pasado el tiempo, muchas veces el confort de la receptividad de un colectivo es algo más que reconfortante, es sofocante. En ese punto nace el compositor, aquél que inventa nuevos modos de hacer entrar oxígeno”.
Marco y Silvio se guían por aquello a lo que el primero denomina “desterritorializar lo que se concibe como música, desmecanizar las relaciones listas y preestablecidas”. El segundo remite a la inmersión de Guimarães Rosa “en el decir del hombre del sertón para conectar el hombre al jaguar, y el jaguar al sonido, como si una lengua estuviese naciendo mientras leemos. Quizás sea éste punto que la música deba buscar, el punto en que se inventa una lengua, que se despliega y se inventa al mismo tiempo que es escuchada, siempre por primera vez”.
Para escuchar y leer:
CD Sonax, con Marco Scarassatti, Nelson Pinton Filho y Marcelo Bomfim, grabadora Creative Sources, 2008, Portugal
CD Trópico das repetições, con obras de Silvio Ferraz, grabadora Sesc, 2008
Walter Smetak, alquimista dos sons, de Marco Scarassatti, libro + CD, Ed. Perspectiva, 2008
Música e repetição, de Silvio Ferraz, Educ, 1998
Livro das sonoridades, de Silvio Ferraz, Editora 7Letras, 2005
O ofício do compositor hoje, Lívio Tragtenberg (organizador), Ed. Perspectiva, 2012
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