Los más antiguos indicios de vida en la Tierra, que se estimaban en alrededor de 3.800 millones de años, vuelven ahora a la franja de los 3.500 mil millones de años. Había evidencias convincentes, datadas en 3.500 mil millones, pero en 1996 el geoquímico Gustaf Arrhenius, de la Universidad de la California, hizo que esa fecha retrocediera 300 millones de años. Arrhenius mostró cristales de carbono orgánico, supuestamente producidos por organismos vivos en rocas de 3.800 millones de años, halladas en Groenlandia. En enero, Arrhenius hizo su mea culpa en Geology, al firmar un estudio coordinado por Aivo Lepland, del Servicio Geológico de Noruega: los mentados cristales de carbono nunca estuvieron en aquellas rocas. Sin instrumentos, Arrhenius había mandado a un alumno analizar las rocas en otro laboratorio, y no hubo una rigurosa supervisión del trabajo. Se cree que la vida debe haber surgido hace alrededor de 4 mil millones de años, pero aún es difícil probarlo.
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