La escena es impresionante. Una van modelo Besta, de la fábrica Kia, se transforma en un robot de seis metros de altura que habla, emite luces, larga humo de hielo seco y pasa música. Llamado Robocar, es el principal artefacto construido por el autodidacta Olésio da Silva, un profesional especializado en efectos especiales para películas publicitarias que ya ha desarrollado robots de diversos tamaños. Todos tienen la función de servir como atracción promocional en eventos. De esta manera, además del Robocar, que costó 120 mil reales, Olésio (50 años), y sus dos hijos, Marcus Vinicius da Silva (25 años), estudiante de ingeniería, y Marco Aurélio da Silva (17 años), construyeron un robot con cabeza de radiograbador y espacio en el pecho para anunciantes que se desplaza y habla, transformándose en la alegría de los chicos. Otra conquista de la familia es una réplica perfecta de un teléfono celular Motorola fabricado en escala 1:10 que se abre automáticamente, levanta la antena y transmite el mensaje del fabricante. “Ahora estamos desarrollando un robot didáctico para las escuelas técnicas de electrónica, para las clases de principios de robótica”, dice Marcus Vinicius. La familia también tiene otros planes para el futuro. “Nuestra intención es trabajar ahora con grupos de investigación del ambiente académico para desarrollar otros tipos de robots que puedan ser útiles en otras funciones, no solamente en el área promocional”, afirma Olésio.
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