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COOPERACIÓN

Cultivo de conexiones

Los simposios FAPESP Week inspiran a investigadores paulistas a crear colaboraciones internacionales de alto nivel

La FAPESP Week Múnich, realizada en 2014: acuerdos de cooperación y nuevas interacciones entre investigadores de São Paulo y de Alemania

Heitor ShimizuLa FAPESP Week Múnich, realizada en 2014: acuerdos de cooperación y nuevas interacciones entre investigadores de São Paulo y de AlemaniaHeitor Shimizu

Con 12 ediciones realizadas en ocho países extranjeros desde 2011, los simposios FAPESP Week apuntan, entre otros objetivos, a la difusión de la investigación científica de nivel internacional efectuada en instituciones paulistas y al establecimiento de nuevos contactos entre científicos de São Paulo y del exterior. Los investigadores que han participado en los eventos sostienen que ese intercambio de experiencias ayuda a fomentar las colaboraciones. Esto es lo que ocurrió, por ejemplo, en un encuentro sobre cáncer y enfermedades inflamatorias de la FAPESP Week California, que se desarrolló en los campus de la Universidad de California en Davis y Berkeley durante el mes de noviembre de 2014. La bióloga Silvia Rogatto, de la Facultad de Medicina de Botucatu, perteneciente a la Universidade Estadual Paulista (Unesp), compartió su trabajo en oncología molecular con el bioquímico colombiano Luis Carvajal-Carmona, docente de la Universidad de California en Davis. Al final de los años 2000, ambos ya se habían encontrado en las reuniones anuales del proyecto Chibcha (la sigla  para Genetic Study of Common Hereditary Bowel Cancers in Hispania and the Americas), un consorcio internacional que investigó las raíces genéticas del cáncer colorrectal. Por entonces, Carvajal-Carmona trabajaba en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, y Rogatto representaba al A.C. Camargo Cancer Center, que aportó al estudio las muestras de mil casos brasileños. Pero finalmente perdieron contacto.

En el marco del simposio de California, ella conversó con Carmona sobre casos de cáncer de testículo, tiroides y mama que está estudiando, sabiendo que su colega acaba de publicar un artículo en la revista Nature Communications sobre el cáncer de mama y algunos otros sobre cáncer de tiroides. Eso fue suficiente para que surgiera una colaboración. “Nosotros realizamos la secuenciación del exoma [un segmento del genoma que codifica los genes] y un análisis de los datos sobre cáncer de testículo en casos de gemelos brasileños, y él me ayudó en la parte final de los análisis. Estamos redactando un artículo en conjunto” dice la investigadora. “La presencia del cáncer de testículo en gemelos eleva la probabilidad de detección del gen asociado con esa enfermedad. La posibilidad de estudiar gemelos idénticos es una oportunidad para profundizar el conocimiento sobre el origen genético de ese tipo de cáncer”, afirma.

La estancia en California también resultó beneficiosa para Paulo Mazzafera, docente del Instituto de Biología de la Universidad de Campinas (Unicamp) y director del Laboratorio Nacional de Ciencia y Tecnología del Bioetanol (CTBE). Mazzafera fue contactado en Davis por una investigadora que acababa de finalizar el doctorado en aquella universidad y le manifestó su interés por realizar una pasantía en la Unicamp. La doctora Ana Raquel dos Santos Figueiredo, de origen portugués, obtuvo recientemente la aprobación de la FAPESP para su beca de posdoctorado y ya ha emprendido estudios, en el laboratorio de Mazzafera, sobre la suberina, un biopolímero presente en la pared celular de las plantas que, en el caso de la caña de azúcar, es uno de los responsables de la recalcitrancia de su biomasa, lo cual dificulta el uso del bagazo en la producción de etanol.

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Mazzafera también aprovechó el viaje a California para contactarse con Markus Pauly, quien es el coordinador de un laboratorio que se dedica a la investigación en paredes celulares vegetales en la Universidad de California, en Berkeley. “Al momento del simposio, él había viajado a Australia, pero logré contactarlo vía Skype y estamos conversando al respecto de una posible cooperación”, comenta. Mazzafera le envió al laboratorio de Pauly cuatro especies de caña de azúcar, de las cuales, dos acumulan más sacarosa, y las dos restantes, mayor cantidad de fibra y menos sacarosa. “Según lo que surja de los análisis que se están llevando a cabo, podremos iniciar una colaboración. El grupo de Pauly tiene experiencia en la caracterización de compuestos de la pared celular en plantas”, explica el profesor.

Afinidades
Los temas que se abordan en las ediciones de la FAPESP Week se seleccionan de acuerdo con afinidades e intereses de la comunidad científica de São Paulo y del país que alberga el evento, señala el físico Marcelo Knobel, docente de la Unicamp y coordinador adjunto de colaboraciones en investigación de la FAPESP, quien participó en la organización de los simposios. En el caso de la FAPESP Week Pekín, que condujo a 10 investigadores brasileños a la capital china en abril de 2014, los anfitriones optaron por concentrar las sesiones en temas tales como ciencias de los materiales, agrarias, ambientales y médicas.

En tanto, en la FAPESP Week Buenos Aires, que se llevó a cabo en abril de este año, el abanico de temas que se abordaron fue significativo. Se presentaron los avances que obtuvieron la ciencia paulista y la argentina en áreas tales como astronomía, alimentos funcionales, energía, nanotecnología, información cuántica, salud y humanidades, entre otras temáticas. “Llevamos a Buenos Aires a una cantidad significativa de investigadores del estado de São Paulo. Ése fue el mayor evento entre todas las ediciones de la FAPESP Week”, dice Knobel. En opinión de Héctor Luis Saint Pierre, docente de la Facultad de Historia, Derecho y Servicio Social de Franca, en la Unesp, y experto en defensa y relaciones internacionales, el encuentro en Buenos Aires generó una oportunidad de articulación muy valiosa. En el último día del evento, el investigador argentino radicado en Brasil desde hace dos décadas, se reunió con colegas de varias universidades, tales como las de Buenos Aires, La Plata, Quilmes y Lanús, y con otros investigadores vinculados con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), la entidad que coorganizó el simposio. “Fueron tres reuniones donde los investigadores se agruparon según concordancias o interés temático”, dice Saint Pierre. “Todos ellos manifestaron su interés en participar en redes de cooperación con Brasil”. Estas reuniones enmarcaron un agrupamiento en torno a dos temáticas. Una de ellas, liderada por científicos de la Universidad de Quilmes, estudia la situación de las Islas Malvinas y la ofensiva diplomática en torno a su soberanía. La segunda, que parte de Lanús, analiza la importancia estratégica de la cooperación sur-sur. “Se trata de temas de política exterior y de defensa que hay que desarrollar cooperando internacionalmente”, sostiene. Una parte del grupo ya se reunió en Lima, Perú, en el mes de julio, en el marco de un congreso promovido por la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (Alacip). “Yo no pude asistir, pero seguimos conversando en forma virtual y nos proponemos emitir proyectos en conjunto”, dice Saint Pierre.

Los encuentros constituyen frecuentemente una oportunidad para la firma de nuevos acuerdos de cooperación entre la FAPESP e instituciones extranjeras. En la FAPESP Week Londres, que se realizó en la capital inglesa en septiembre de 2013, se firmaron memorandos de entendimiento para la cooperación entre investigadores de São Paulo y del Imperial College London. También surgieron acuerdos con las universidades de Cambridge y Manchester, que se sumaron a los convenios existentes con los siete Consejos de Investigación del Reino Unido (RCUK), el British Council y 13 universidades británicas. Otro simposio que inspiró cooperaciones fue la FAPESP Week Múnich, en octubre de 2014. Se celebraron acuerdos con el Ministerio de Educación e Investigación de la República Federal de Alemania, con la Universidad de Münster y con la Fraunhofer-Gesellschaft, la mayor organización para la investigación científica aplicada de Alemania. En 2015, se firmó un acuerdo con la Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg (FAU). A juicio Irma de Melo-Reiners, directora ejecutiva del Centro Universitario de Baviera para América Latina (Baylat), coorganizador del encuentro, la FAPESP Week Múnich ya comienza a rendir colaboraciones. Ella cita el caso de un proyecto aprobado en un llamado a la presentación de propuestas del Baylat, perteneciente a los investigadores Thomas Hamacher, de la Universidad Técnica de Múnich, y Gilberto Januzzi, de la Unicamp, al respecto del suministro de energía en regiones remotas de Brasil. Ambos participaron en una reunión del simposio sobre energías renovables y sostenibles. “La propuesta consiste en el envío a Alemania de uno de nuestros estudiantes durante el próximo año, para estudiar modelos de políticas para la difusión de la generación de electricidad y la integración de la energía renovable en el contexto del sistema eléctrico”, añade Januzzi.

Reactivación
La organización de los congresos suele invitar a las sesiones temáticas a los investigadores que en el pasado mantuvieron alguna colaboración con las instituciones anfitrionas. Hay casos donde el encuentro sirvió para reactivar la colaboración. La FAPESP Week Carolina del Norte, que se llevó a cabo en noviembre de 2013 en las ciudades estadounidenses de Charlotte, Raleigh y Chapel Hill, marcó el reinicio de una colaboración entre el Hospital de Rehabilitación de Anomalías Craneofaciales (HRAC) y la Facultad de Odontología de Bauru (FOB), vinculados con la Universidad de São Paulo (USP), y el Craniofacial Center, ligado a la Escuela de Odontología de la Universidad de Carolina del Norte (UNC), en Chapel Hill. “Trabajamos en forma cooperativa desde los años 1990, cuando el profesor Donald Warren era el director del Craniofacial Center, pero la colaboración perdió aliento luego de que él se jubilara”, explica Inge Trindade, docente de la FOB y participante en la FAPESP Week. “Nosotros ya teníamos la intención de retomarla, pero el evento sirvió para acelerar el proceso”. En Chapel Hill, Trindade se encontró con el brasileño Luiz Pimenta, quien realizó una maestría en la FOB y actualmente es el director odontológico del Craniofacial Center. Mediante las conversaciones con él y otros investigadores, se definió un intercambio en estudios sobre rehabilitación de pacientes con fisuras en el paladar y otras anomalías craneofaciales. “Esas hendiduras se cierran quirúrgicamente cuando el paciente todavía es un bebé, pero a lo largo del crecimiento aparecen deformaciones y disfuncionalidades que afectan la respiración, el habla y el sueño”, dice la profesora Trindade. Aún no se ha firmado el nuevo convenio, pero el intercambio ya se ha reactivado. La docente Ivy Trindade-Suedam, de la FOB, recibió una invitación para desempeñarse como profesora asociada adjunta de la Facultad de Odontología de la UNC Chapel Hill y uno de sus alumnos, Thiago Freire Lima, becario de maestría de la FAPESP, realizó una pasantía sándwich de tres meses en el Craniofacial Center, bajo la supervisión de Luis Pimenta. Ambos recibieron capacitación para el uso del software Mimics, que analiza tomografías de las vías aéreas superiores. La tesis de libre docencia de la profesora Trindade-Suedam se basa en estudios efectuados con ese software, provisto por el Craniofacial Center. Tres alumnos de la Escuela de Odontología de la UNC realizaron durante este año una visita de una semana al Hospital de Rehabilitación de Anomalías Craneofaciales, y están previstas otras visitas anuales. Dentro de poco, la alumna de doctorado del HRAC Letícia Dominguez Campos pasará un período sándwich en la UNC, para el estudio de la morfología de la faringe y su relación con el sueño en pacientes con malformaciones maxilomandibulares, utilizando simulaciones computacionales.

En el caso del investigador Carlos Eduardo Ambrósio, docente de la Facultad de Zootecnia e Ingeniería de Alimentos de la USP, en Pirassununga, la participación en la FAPESP Week Carolina del Norte le ayudó a consolidar una colaboración con Jorge Piedrahita, director del Centro de Medicina Regenerativa de la North Carolina State University, que ya produjo como resultado la publicación de varios artículos científicos en conjunto. Los dos grupos anhelaban trabajar juntos desde hace algún tiempo y habían presentado un proyecto conjunto en un llamado a la presentación de propuestas de la red UGPN (la sigla que identifica a la University Global Partnership Network), de Estados Unidos, que ya estaba aprobado en la época del simposio, en 2013. “Pero mi participación en la FAPESP Week resultó importante para profundizar los contactos y, luego de eso, pude utilizar instrumentos del acuerdo de cooperación que se celebró entre la Fundación y la universidad en 2012”, dice.

Los dos equipos trabajan con linajes de células animales adultas a las que se les induce la pluripotencia, que es la capacidad equivalente a la de las células madre embrionarias para diferenciarse en cualquier tejido. “Nuestro objetivo consiste en la obtención de un linaje seguro, sin riesgo potencial de desarrollar tumores, para su utilización en ensayos preclínicos y clínicos”, dice Ambrósio. Para inducir la pluripotencia en fibroblastos de perros, los investigadores emplean la técnica que fue premiada con el Nobel de Medicina en 2012. El método consiste en insertarle a una célula adulta de la piel ciertas proteínas ‒a las que se conoce como factores de transcripción‒ capaces de reprogramar el genoma celular. Una estudiante de maestría bajo la supervisión de Ambrósio, Vanessa Cristina de Oliveira, estuvo en Carolina del Norte, mediante una beca de investigación en el exterior (Bepe) de la FAPESP, para llevar adelante una investigación que describió una nueva fuente de células madre en modelos animales y la misma fue publicada en febrero, en el Journal of Tissue Engineering and Regenerative Medicine. La investigadora Natália Nardelli Gonçalves también estuvo en Estados Unidos realizando estudios para su doctorado con células madre de pluripotencia inducida en canes. “En ese estudio, creamos el primer linaje brasileño de estas células en perros”, dice Ambrósio.

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