En la década de 1970, las discusiones sobre el monopolio estatal del petróleo aún perduraban, pero no eran tan acaloradas como en los años 40 y 50. Tampoco había dudas con relación a la capacidad de Brasil de hallar y producir su propio “oro negro”. Entre 1974 y 1977 se descubrieron extensos campos de petróleo en el mar, en la cuenca de Campos, estado de Río de Janeiro. Garoupa, Pargos, Namorado, Badejo, Enchova, Bonito y Pampo eran el preanuncio de récords de producción en los años que vendrían. Pero aún existía un problema que debía resolverse: ¿cómo explotar petróleo en aguas profundas? Dinero y ganas de resolver la cuestión no faltaban; por cierto ésta era de carácter meramente tecnológico.
Y la compleja tarea se le encomendó al Centro de Investigación y Desarrollo Leopoldo Américo Miguez de Mello (Cenpes), un órgano creado oficialmente por Petrobras en 1963. Dicho centro demoró algunos años para desarrollar la tecnología necesaria, siempre perfeccionada en las décadas siguientes – pero lo hizo con maestría, a punto tal de ganar dos veces, en 1992 y en 2001, el premio Distinguished Achievement, de la Offshore Technology Conference (OTC), un reconocimiento internacional por el liderazgo mundial en tecnología de exploración y producción de petróleo en aguas profundas.
En 1987 fue lanzado al mar el primer vehículo submarino con control remoto concebido y fabricado enteramente en Brasil, por ejemplo. Pero la excelencia del Cenpes no se forjó únicamente en esa época. Nació a finales de los años 40, cuando el por entonces Consejo Nacional de Petróleo apuntó la necesidad de capacitar ingenieros para una futura industria brasileña en dicha área. Este anhelo se materializó en 1952, cuando se estructuró el Centro de Perfeccionamiento de Personal (Cenap). Ese mismo año se dictó el primer curso de refinación de petróleo en Brasil, en el marco de un convenio con la Escuela Nacional de Química de la Universidad de Brasil (actual Universidad Federal de Río de Janeiro – UFRJ).
Ambas iniciativas si dieron antes incluso de la creación de Petrobras, concretada el 3 de octubre de 1953. Luego de su incorporación a la petrolera en 1954, el Cenap invirtió en nuevos cursos de formación, tales como los de geología, perforación y producción, mantenimiento de equipos y aplicación de asfalto, entre otros. En 1956, un grupo de trabajo y estudios sobre petróleo arribó a la conclusión de que la investigación tecnológica era un imperativo de la actividad industrial, lo que desembocó en la reestructuración del Cenap. Así se definió que su finalidad, al margen de la formación, era la de “impulsar la realización de estudios y investigaciones científicas en tecnología de petróleo”.
En 1963, un informe elaborado por expertos rusos a pedido de Petrobras recomendó la estructuración de una institución que aportase investigación científica y laboratoriosbien organizados. Fue la luz verde para la creación del Cenpes, que absorbió al Cenap, contó con más recursos en los años siguientes y con un edificio dentro de la ciudad universitaria de la UFRJ. El centro se convirtió así en uno de los principales del área en el mundo. Desde 1992 recibe el 1% del presupuesto bruto de Petrobras, y dispone de 137 laboratorios y 28 unidades piloto, con 1.308 empleados, de los cuales 86 son doctores, 247 másteres y 292 graduados, situación sin parangón en ninguna empresa brasileña. No en vano el Cenpes es responsable en gran medida por el éxito de Petrobras, como lo indican las 750 patentes depositadas por la petrolera en Brasil, y de éstas, 180 también en el exterior.
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