daniel buenoPese a tener acceso a la electricidad igual que los residentes en la ciudad, la población de la zona rural de Baependi, un municipio con casi 20 mil habitantes situado en el sudeste de Minas Gerais, prefiere mantener el ritmo de sueño natural, perdido con las posibilidades de la iluminación artificial en los hogares después de la Revolución Industrial, y opta por despertarse y dormir temprano (Scientific Reports, marzo). En un estudio comparativo, científicos de la Universidad de Surrey, Australia, y de la Universidad de São Paulo, les preguntaron a 729 habitantes de la ciudad y a otros 96 de la zona rural a qué hora solían despertarse e irse a dormir. Los habitantes de la zona rural preferían levantarse a las seis y media y dormir a las nueve y veinte de la noche en promedio, lo que indica un estilo de vida conservador, en tanto que los de la ciudad se despertaban a las siete y cuarto y se acostaban a las diez y media de la noche. En Londres, los horarios promedio de despertarse y dormirse eran 8:30 y 23:15. Los investigadores creen que los habitantes de la ciudad siguen menos el ciclo natural de sueño, que implicaría despertarse y dormirse más temprano, y duermen menos que sus vecinos del campo, debido al influjo de la iluminación artificial.
