Hasta el final de este año los dueños de centrales brasileños podrán contar con una herramienta innovadora para mejorar la producción de sus cañaverales. Investigadores de la empresa Enalta Innovaciones Tecnológicas, de São Carlos, y de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) crearon un monitor de productividad que puede ser adaptado en máquinas cortadoras de caña de azúcar. El sistema genera informaciones que permiten una mejor administración del área plantada y contribuyen a elevar la productividad por hectárea. Con un sistema GPS, sigla de Global Positioning System, instalado en la máquina, que hace el posicionamiento geográfico (latitud, longitud y altitud) por satélite, los datos muestran, por ejemplo, la producción del área cortada.
El equipamiento ofrece al productor una radiografía precisa de su propiedad, identificando donde la productividad es mayor o menor. Aunque existan en el mercado monitores para recolectoras de granos, como soja, maíz y trigo, ése es el primero volcado exclusivamente para el cultivo de la caña de azúcar, afirma el ingeniero agrónomo Domingos Guilherme Cerri, investigador de la Facultad de Ingeniería Agrícola (Feagri) de la Unicamp, que coordinó el proyecto.
El sistema se encuentra en estadio final del desarrollo y dos prototipos están en testes en cortadoras de los centrales Catanduva y São Domingos, ambas en el municipio de Catanduva, en el interior paulista. Él está compuesto por un kit y una serie de sensores instalados en las máquinas que identifican, por ejemplo, el peso de la caña cortada, que pasa por la estera transportadora de la máquina, para determinar el flujo recogido y medir la cantidad de materia-prima que será lanzada en el vehículo de traslado. Los sensores también revelan la velocidad de desplazamiento de la cortadora, la condición de corte de base de la caña y el funcionamiento de la estera, entre otros datos del proceso, reduciendo errores provenientes de paradas indeseadas, cambio del vehículo de traslado y las maniobras realizadas a lo largo de la recogida.
Un software instalado en el computador de bordo de la cortadora gerencia todas las informaciones y genera un mapa de la productividad del cañaveral. Creo que esa tecnología, inédita en el mercado, dará una importante contribución al sistema de administración de la cultura y permitirá que la producción de caña, tradicionalmente más atrasada que el cultivo de los cereales, tenga un avance significativo, dice el ingeniero agrícola Paulo Graziano Magalhães, profesor de la Feagri, que también participó del desarrollo del sistema.
Con las informaciones generadas, será posible cruzar mapas de productividad con informaciones específicas del suelo para identificar problemas de baja producción, permitiendo que los productores adopten un manejo diferenciado para corregir el problema. El equipamiento ya fue patentado y costará entre R$ 20 mil y R$ 25 mil valor relativamente pequeño comparado con el costo de una cortadora, en torno de R$ 700 mil. Él podrá ser instalado directamente en las fábricas de las cortadoras o comprado suelto por los dueños de centrales para equipar su flota.
Contactos generales
Estamos sintiendo que es un producto con buenas perspectivas comerciales porque no tenemos competidores en el mercado. Todos los meses recibimos llamadas telefónicas de productores queriendo saber en que estadio está el proyecto, pero solo queremos lanzarlo cuando él esté totalmente confiable, explica el ingeniero eléctrico Cleber Rinaldo Manzoni, dueño de la Enalta. Existe perspectiva de venta para otros países de la América del Sur, donde el cultivo de la caña es fuerte, y ya estamos manteniendo contacto con los fabricantes de cortadoras, como la Case New Holland y a John Deere, dice Manzoni.
El monitor de la productividad para el cultivo de la caña de azúcar es apenas uno de los sistemas creados recientemente por la Enalta, una empresa de base tecnológica volcada para el desarrollo de equipamientos de automación para máquinas agrícolas y de sistemas de administración de la empresa son los equipamientos para el cultivo de caña de azúcar, pero ella también suministra productos y sistemas para las áreas forestal y de fruticultura.
Desde que fue creada, en 1999, la Enalta participa en cuatro proyectos (uno de ellos en fase inicial) aprobados en el Programa Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (Pipe) de la FAPESP. El proyecto relativo al desarrollo de un controlador automático de pulverización y de un sistema de informaciones geográficas para la agricultura fue finalizado en octubre del año pasado. El apoyo de la FAPESP fue muy importante para nuestro crecimiento, pues en el comienzo no teníamos facturación y dependíamos básicamente de las bolsas de la Fundación, dice Manzoni. Comenzamos con dos personas yo y mi ex-socio y hoy tenemos 20 funcionarios registrados, además de 14 becarios. Nuestra facturación ha crecido alrededor del 30% al año y llegó a R$ 1 millón en el 2005.
El crecimiento de la empresa fue, en parte, debido al establecimiento de asociaciones con universidades e institutos de investigación, como Unicamp, Universidad de São Paulo (USP), Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), Universidad Estadual Paulista (Unesp) e Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe). Valiéndose de la asociación con investigadores de esas instituciones, la Enalta consiguió desarrollar una vasta línea de equipamientos volcados para las áreas de corte, pulverización e irrigaciones agrícolas. Estamos terminando productos para los sectores de plantío y mejoramientos del suelo. Con eso, tendremos equipamientos destinados a todas las fases de la producción agrícola. Queremos ofrecer un amplio abanico de productos integrados, compatibles entre si, afirma Manzoni.
El sistema de administración para la pulverización de precisión finalizado en el 2005, por ejemplo, posibilita el perfecto control de la pulverización y una aplicación balanceada de los defensivos agrícolas utilizados para el control de plagas, como insectos, hierbas dañinas y hongos. Actualmente, cuando hay una infestación en el cultivo, el agrónomo visita el local y calcula visualmente la cantidad de agroquímico que será aplicado. Nuestro sistema, al contrario, permite la aplicación optimizada, conforme a la necesidad de cada área de la plantación. Así, las áreas más alcanzadas por plagas reciben más defensivos, mientras que las menos afectadas, menores cantidades del producto, destaca el ingeniero electrónico Ivan Rogério Bizari, funcionario de la Enalta, que coordinó el proyecto de pulverización. El sistema trabaja en conjunto con un sistema de informaciones geográficas (SIG), un software también desarrollado por la Enalta, que fornece un mapa del cultivo conforme al grado de infestación.
Para la elaboración del mapa, un técnico agrícola recorre la plantación abastecido con un aparato GPS y un palmtop haciendo la demarcación de las manchas de infestación. Esas informaciones son cargadas en el SIG y analizadas por un agrónomo. Enseguida los datos son enviados para el controlador de pulverización, que hace la aplicación automáticamente, conforme la necesidad del área y sin la interferencia del conductor del tractor de pulverización. Los Sensores meteorológicos instalados en la máquina permiten que él haga, instantáneamente, correcciones en la aplicación, conforme a la intensidad de la evaporación y de la velocidad del viento. El equipamiento cuesta cerca de R$ 22 mil y está disponible para la compra desde el inicio de este año, período en que fueron vendidas tres unidades. Quien quiera adquirirlo conjuntamente con el SIG, útil también para el levantamiento de la recogida y otras fases de la producción, tendrá que desembolsar R$ 15 mil más. De acuerdo con Cleber Manzoni, no existen productos semejantes en el mercado. La ventaja de nuestro sistema de pulverización, proyectado para controlar todos los parámetros de la operación, es que, al optimizar la aplicación del agro-tóxico, él reduce la cantidad utilizada del producto, llevando a la reducción de costos y generando importantes beneficios ambientales, dice Bizari.
Irrigación de precisión
Otro proyecto de la Enalta, esta vez en asociación con la Embrapa Instrumentación Agropecuaria, también de São Carlos, es un sistema de irrigación de precisión, bautizado como Irrigap. La agricultura irrigada es responsable por más de 40% de las cosechas mundiales y ocupa alrededor del 18% de las áreas agrícolas del planeta. En Brasil es irrigada apenas un 4% del área plantada, lo que demuestra ser alto el potencial de crecimiento de la producción y de la mejoría en la calidad del producto agrícola que será explotado con el uso de la irrigación de precisión. La gran ventaja del Irrigap cuando es comparado con los procesos tradicionales es la economía de agua y de energía que proporciona una reducción de costos.
Queremos llevar el concepto de la agricultura de precisión para la irrigación, que es la aplicación espacial variada de agua en la cultura. Estamos creando un sistema de acuerdo con las demandas de cada pedacito de la labranza, explica el ingeniero electricista e investigador de la Embrapa André Torre Neto. Para él, diversos factores contribuyen a la necesidad diferenciada de irrigación en una misma plantación, como variaciones en el relieve, diferencias de la textura del suelo, insolación, estadios de desarrollo de la planta y del sistema radicular (de la raíz). En el sistema de irrigación convencional, esos factores no son tenidos en cuenta, afirma Torre Neto.
La plataforma desarrollada por la asociación entre la Enalta y la Embrapa está compuesta por una serie de sensores sin hilo que captan básicamente informaciones sobre humedad y temperatura. Ellos son instalados en el campo y suministran informaciones sobre la variabilidad espacial de la cantidad de agua necesaria. En el sistema de automación de irrigación tradicional, la necesidad hídrica de determinado tajo (una de las unidades de producción de una hacienda) es resultado de la aplicación de pocos sensores, a partir de los cuales se calcula un valor medio del consumo del agua. En la irrigación de precisión, nuestra idea es instalar sensores a cada 50 metros, dispuestos en el formato de una reja, para conocer la necesidad real de agua en cada punto, creando así un mapa de la necesidad hídrica del tajo. A partir de ahí podemos estructurar el sistema hidráulico de irrigación para atender de forma diferenciada cada una de las zonas de manejo, dice Torre Neto. Para cada 25 hectáreas de plantación, informa el investigador, serán instalados cien sensores.
Una unidad piloto del sistema está siendo implantada en una plantación de naranja en la Hacienda Maringá, de la Fischer Agropecuaria, en el municipio paulista de Gavião Peixoto. Hasta el final del año él estará totalmente instalado y operacional, con los cien sensores previstos en el proyecto. Al inicio del 2007 haremos los mapas de las necesidades hídricas y los análisis para a creación de las diversas zonas de manejo. La evaluación del sistema, con los datos sobre la economía de agua y de energía, va a tener lugar en el 2008. Hasta allá la Enalta colocará en el mercado varios subproductos para el monitoreo y la automación de la irrigación, como el sensor de humedad que ahora será fabricado en Brasil, además de otros componentes, afirma Torre Neto. El estimado es que el índice de nacionalización del sistema de irrigación de la empresa alcance la marca de los 50%.
Los proyectos
1. Desarrollo de un monitor de productividad de caña de azúcar para la obtención de mapas de productividad para alzadoras autopropulsadas (nº 04/08777-5); Modalidad Programa Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (Pipe); Coordinador Domingos Guilherme Pellegrino Cerri – Unicamp/Enalta; Inversión R$ 313.248,00 (FAPESP)
2. Sistema para la administración de la actividad ?pulverización? en la agricultura con tecnología de adquisición automática de datos en el campo (nº 99/11662-5); Modalidad Programa Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (Pipe); Coordinador Cleber Rinaldo Manzoni – Enalta; Inversión R$ 148.454,12 (FAPESP)
3. Desarrollo de plataforma tecnológica para irrigación de precisión en cultivos perennes (nº 03/07998-5); Modalidad Programa Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (Pipe); Coordinador André Torre Neto -Embrapa/Enalta; Inversión R$ 352.639,10 y US$ 30.505,00 (FAPESP)