Los diez Centros de Investigación, Innovación y Difusión (Cepids), creados por la FAPESP en 2000 con la misión de desarrollar investigaciones multidisciplinarias en la frontera del conocimiento, transferir conocimiento a los sectores público y privado y fomentar actividades educativas, pasan por un importante proceso de evaluación.
La primera fase del programa culmina en 2005. A lo largo de los últimos cuatro años, los centros presentaron informes anuales de actividades, pero la renovación de los contratos, por un período de tres años, depende de los resultados de la evaluación realizada por una comisión internacional integrada por expertos de cada una de las áreas de actuación de los centros.
En el segundo semestre de 2004 esas comisiones realizaron varias visitas a cada uno de los centros, entrevistaron a investigadores y alumnos, de acuerdo con la práctica internacional, y formularon una serie de recomendaciones, incluso a la propia FAPESP, que deberán contemplarse en las propuestas para la fase II del programa, que deben elevarán a la FAPESP hasta el día 31 de marzo. Los proyectos aprobados pasarán por una nueva evaluación en 2008 antes de la renovación contractual por un período de tres años más.
Este rigor se justifica, especialmente en esta fase de implantación. “El programa fue la primera línea de financiamiento de investigación de largo plazo implantada por la Fundación. Contempla un volumen significativo de recursos y requiere contrapartidas de las instituciones a las cuales los Cepids están vinculados”, afirma José Fernando Pérez, director científico de la FAPESP.
Los dictámenes dejaron trasparecer entusiasmo con las propuestas desarrolladas en los Cepids, y hubo unanimidad en el juicio de mantener e incluso ampliar el programa.”?Los integrantes de las comisiones se mostraron más que conformes con el sistema de evaluación y con la dedicación de los investigadores a las actividades de transferencia de conocimientos. Temían que estos fuesen aspectos superficiales”, revela Pérez. “Se sorprendieron también con la disposición de los investigadores para dedicar parte sustancial de su tiempo a las actividades de enseñanza.” Para los evaluadores internacionales, el gran reto para los Cepids radica en conferir más ambición a los proyectos y una mayor focalización de las actividades de investigación. “Esto, naturalmente, implica desarrollar proyectos de mayor riesgo”, destaca Pérez.
Propuesta ampliada
El programa Cepids se inspiró en el modelo estadounidense adoptado por 11 Centros de Ciencia y Tecnología de la National Science Foundation. El programa de la FAPESP estableció un nuevo paradigma para la actividad científica, ya que promueve la integración entre la investigación, la transferencia del conocimiento a la sociedad y la educación. Es un corolario de varios programas: congrega un perfil multidisciplinario, representado por los proyectos temáticos; la transferencia de conocimiento, que caracteriza a los programas de Políticas Públicas, de Asociación para la Innovación Tecnológica (PITE) y de Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE) – y programas de educación como el de Enseñanza Pública. Por todo eso, los Cepids son más complejos y constituyen un desafío para todos los actores involucrados.
Para imprimirles más audacia a los proyectos, consolidar al equipo y atender la demanda de los coordinadores, la Fundación creó comisiones de supervisión que incluyen además a los líderes de los centros, investigadores externos. Adoptó también una serie de medidas “facilitadoras”, tales como la concesión de un cupo de becas de posdoctorado y de capacitación técnica y de dos auxilios de nivel de posdoctorado “en el ámbito del Programa Jóvenes Investigadores” para cada centro. Esta medida podría extenderse también a los proyectos temáticos, adelanta Pérez.
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