En un pueblo situado en el sur de Camerún, África, se descubrió una nueva variedad del mosquito transmisor de la malaria, que ha sido llamada Oveng, una referencia al sitio donde se la detectó (Journal of Medical Entomology).
El descubrimiento hace aún más difícil la lucha contra la enfermedad: con ésta última, son cuatro las especies conocidas en territorio africano, todas resistentes a los medicamentos capaces de detener la malaria, que en África causa alrededor de 300 millones de casos graves y un millón de muertes por año.
En contrapartida, en Guinea, un estudio sobre el impacto de la educación sanitaria en la prevención de la malaria mostró la importancia de la búsqueda de tratamiento en los hospitales, y no con los curanderos. El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), lo deja claro: el hecho de recibir orientación formal sobre la enfermedad es crucial en la prevención. Incluso entre los habitantes que no cuentan siquiera con baño, la opción por el tratamiento convencional facilita la prevención y reduce las muertes.
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