Imprimir Republish

Memoria

El rescate de un tesoro

Una película de 1936 sobre Río de Janeiro muestra de qué manera internet ayuda a recuperar el pasado

¿Qué más puede llamar la atención en el paisaje de Río de Janeiro que ya no sea suficientemente conocido en el mundo entero? La respuesta es tan sencilla como sorprendente: el pasado. Un corto documental sobre la ciudad, filmado en technicolor en 1936, atrae la atención de decenas de miles de visitantes al sitio de vídeos gratuitos YouTube desde septiembre. Rio de Janeiro: city of splendour tiene 7 minutos y 54 segundos, con producción y narración en inglés del director estadounidense James A. Fitzpatrick. Replicado por otros sitios y blogs, el film había registrado casi 120 mil visitas hasta la tercera semana de noviembre.

El documental sobre Río era parte de las películas de viaje conocidas en la época como Fitzpatrick traveltalk y The voice of the globe, distribuidos por la Metro Goldwyn Mayer (MGM). Normalmente las películas mostraban ciudades y lugares distantes alrededor del mundo antes de la película principal, y ayudaba a cerrar la sesión en los horarios correctos.

“La exhibición de las peliculitas, conocidas como complementos, era una costumbre en las  sesiones de cine y una práctica usual de los productores hasta los años 1960 en Estados Unidos y en Brasil”, recuerda Marcos Palacios, investigador del Programa de Posgrado en Comunicación y Cultura Contemporánea de la Universidad Federal de Bahía.

James Fitzpatrick (1894-1980) hizo 150 documentales cortos, pero trabajó como productor, asistente de dirección, director, actor, guionista y narrador principalmente, en centenas de otras películas. Llegó a ser criticado por mostrar solamente los aspectos positivos de los lugares que visitaba. “Hice mis películas en un tiempo en el que viajar era casi imposible para la media de las personas. Creo haber mostrado a esas personas gente que les habría gustado ver si hubieran podido viajar”, respondía el cineasta.

De hecho, Río de City of splendour es casi una ciudad europea con la ventaja extra de estar adornada por la naturaleza. La población era de un millón y medio de habitantes. Las que surgen en la pantalla están bien vestidas. Las calles, plazas, fuentes y playas aparecen muy limpias. Los edificios históricos – como el Palacio Monroe, ya demolido – no riñen con el paisaje. Todo es increíblemente armonioso. Quienes ven la película se encantan con una ciudad que parecía efectivamente maravillosa.

Marcos Palacios ve el documental como uno de los símbolos de un reviraje cultural aún poco notado. “Internet potencializó la memoria”, dice. “Ese pasado olvidado de lugares, personas y cosas quedaría perdido o enterrado en archivos de poco acceso y difícilmente llegaría hasta nosotros sin los actuales recursos de la digitalización y acceso en redes”. El investigador afirma que en la web la memoria tiende a volverse colectiva y permanente. El proceso de digitalización se hace sobre algo producido en el pasado (películas, vídeos, fotos, textos, etc.) para su uso en el presente y en el futuro.

El periodismo es uno de los principales productores y beneficiarios de esta práctica. “El periódico The New York Times, por ejemplo, digitalizó todo su acervo desde 1851 y lo abrió para su consulta en internet, indicando una tendencia de la prensa escrita en el mundo”, cuenta. Esto vale también para íconos de la cultura y de la historia, como los papiros antiguos egipcios, los procesos de Nuremberg o la obra de Leonardo da Vinci, todo digitalizado en altísima resolución, cuando es necesario, y virtualmente disponible. “Además, la digitalización hace posible que se reúnan en un solo espacio (sitio) diversos formatos de diferentes autorías y procedencias, lo que permite la construcción de una memoria de muchas caras y plurivocal.”

City of splendour está accesible para los brasileños porque el alemán Martin Ottman, profesor de inglés y de alemán radicado en París descubrió el documental de Fitzpatrick en un foro de internet especializado en películas cults y alternativos. “Puse la película en YouTube para mostrársela a amigos que viven en Belém”, comenta Ottman. “Hasta la penúltima semana de octubre, City of splendour había recibido 150 visitas, pero  alguien de Río lo halló y desde entonces muchas otras personas lo han visto.”

Republicar