Los problemas éticos desencadenados por los avances de las técnicas de clonación han llevado a que el Senado Federal de Brasil empezara a estudiar el tema, con la ayuda de especialistas e interesados, como los líderes religiosos. El objetivo de ese estudio es reunir aportes suficientes como para actualizar la legislación actual sobre el tema, que es considerada obsoleta. A mediados de junio, el senador Sebastião Rocha (Partido Democrático Laborista – PDT, Amapá) organizó un seminario en el que se debatieron varios aspectos de esta cuestión. El presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq, sigla en portugués), Esper Cavalheiro, participó del debate y afirmó que millones de personas pueden beneficiarse con los estudios y experimentos con células embrionarias. “La discusión con científicos del área agropecuaria, y con portadores de síndromes genéticos y sus familiares es fundamental”, dijo.
Los representantes del judaísmo, del umbanda y del espiritismo coincidieron con la autorización en Brasil de la clonación terapéutica, que no tenga finalidad reproductiva. Pero el representante católico, fray Antônio Moser, de la Conferencia Nacional Obispos de Brasil (CNBB), se opuso a ese procedimiento, al considerar que la vida comienza con la fecundación del óvulo y, al destruirse el embrión, como sucede en ese tipo de clonación, se destruye la vida. Mayana Zatz, del Centro de Estudios del Genoma Humano, que también participó del seminario, afirma que es posible actualmente extraer células embrionarias a partir de cordones umbilicales, lo que evitaría la muerte de los embriones. De allí la importancia de crear bancos de cordones. La Organización de las Naciones Unidas aprobó en 1998 la Declaración Universal sobre el Genoma Humano, que autoriza la clonación terapéutica.
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