Las empresas brasileñas de fármacos y medicamentos, en su gran mayoría, tienen porte mediano y están capitalizadas, pero invierten poco en aquellas investigaciones capaces de generar innovaciones radicales. Trabajan básicamente con genéricos y en productos que tienen sus patentes ya vencidas. Las investigaciones desarrolladas en las universidades y institutos de investigación pueden ofrecer alternativas de innovación para las empresas nacionales.La Agencia de Gestión e Innovación Farmacéutica (Agif) apuesta a la aproximación entre los dos sectores. “Tenemos grupos de excelencia en los institutos de investigación investigando moléculas interesantes, que deben transformarse en innovación e salir al mercado”, dice Saul d? Âvila, coordinador de Agif.
Creada en 2002 como un núcleo temático del Instituto Uniemp, Foro Permanente de Relaciones entre Universidad y Empresa, Agif busca establecer un canal de comunicación entre la academia y la industria, detectar oportunidades de innovaciones farmacéuticas y asesorar a los investigadores en los procesos de transferencia de tecnología o registro de patentes, entre otras actividades.
El primer proyecto gerenciado por Agif fue el desarrollo del Evasins, un prototipo molecular que se utilizará en la producción de un fármaco con propiedades antihipertensivas. El nuevo producto fue identificado por el Centro de Toxinología Aplicada (CAT) en el Instituto Butantan, uno de los diez Centros de Investigación, Innovación y Difusión patrocinados por la FAPESP, y se encuentra en fase de desarrollo a cargo del Consorcio Farmacéutico Nacional (Coinfarma), integrado por los laboratorios Biolab-Sanus, Biosintética y União Química.
El proyecto cuenta con dos patentes con la participación de las industrias. “Identificamos el gen que producía esa molécula, y constatamos que algunas de éstas tenían propiedades antihipertensivas y que podríamos ingresar en un nicho de mercado de gran potencial. Pero poco sabíamos sobre Derecho y Propiedad Intelectual”, recuerda Antonio Martins de Camargo, director del CAT y de Agif.
“Por eso pensamos en crear la agencia para apoyar a los investigadores y acercarlos a las empresas que se interesan por el producto”, comenta.La Agif también está prospectando el mercado para diversos proyectos, como el del medicamento Lovap, un antitrombótico, y para un kit diagnóstico para la marcación de las desintegrinas, que tienen potencial para integrar un marcador de células tumorales, además del marcador de ECA en hipertensos.
Otro cuello de botella en el proceso de desarrollo de nuevas drogas son los ensayos preclínicos. “Brasil cuenta con equipos calificados para realizar ensayos clínicos con protocolos rigurosos, pero faltan laboratorios para los ensayos preclínicos”, afirma Camargo.Para suplir esta carencia, Agif decidió organizar un laboratorio que tercerizará el tipo de ensayo fundamental para verificar la seguridad y la formulación de los medicamentos.
“El nuevo laboratorio, llamado Lachesis, será una Contratc Research Organization (CRO), es decir, un centro de investigación preclínica para la realización de investigaciones farmacéuticas”, comenta d´Ávila. El laboratorio contará con el apoyo del Ministerio de Salud, con 3 millones del Banco Mundial (Bird) y estará emplazado en el Instituto de Investigaciones Energéticas y Nucleares (Ipen, sigla en portugués).
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