Es probable que El Niño vuelva este año, pero los meteorólogos solamente tendrán la absoluta seguridad en el segundo o tercer trimestre. En concreto, tal vez anunciando la futura ocurrencia del fenómeno meteorológico, que puede alterar el patrón del clima en varias partes del globo terráqueo, incluido Brasil, los investigadores estadounidenses y australianos tuvieron indicios de que, precozmente este año, las aguas superficiales del océano Pacífico ya se muestran ligeramente más calientes que lo habitual. El Niño, que acostumbra alcanzar su apogeo cerca del final del año, es precisamente eso: un aumento fuera de lo normal, que puede ser superior a 4º C, en la temperatura del Pacífico Ecuatorial, generalmente cerca del litoral de Perú y Ecuador. A grosso modo, el impacto del calentamiento de las aguas del océano, dependiendo de su intensidad, puede provocar más lluvias en algunas partes del planeta y menos en otras. En Brasil, el fenómeno acostumbra causar más inundaciones en la región sur y agravar la sequía en el nordeste, las dos partes del país que normalmente sufren más con los efectos del fenómeno. El último El Niño ocurrió en el período 97-98 y fue de gran intensidad, causando perjuicios en varias partes del mundo.
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