Las mayores fundaciones estaduales de apoyo a la investigación del país, a excepción de la FAPESP, no reciben las partidas presupuestarias estipuladas por la Constitución Federal de 1988, y posteriormente reguladas por las constituciones estaduales. El incumplimiento de la ley inhibe la acción de fomento de las FAPs para el desarrollo de la investigación estratégica, y la irregularidad en las transferencias dificulta la planificación de acciones a mediano plazo.
La Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Minas Gerais (Fapemig), por ejemplo, que cumplió 15 años el pasado mes de junio, espera contar este año con un presupuesto de 36 millones de reales. Dicho valor corresponde a menos de la mitad del 1% del Impuesto sobre la Circulación de Mercaderías y Servicios (ICMS) del Estado al que tendría derecho de acuerdo con la Constitución del estado. No obstante, su situación actual es mejor que la del año pasado, cuando la institución recibió apenas un 33,01% del total previsto. “En sus 15 años de existencia, la Fapemig nunca recibió la partida completa”, afirma el profesor Daison Olzany Silva, presidente de la entidad.
La situación de la Fundación de Amparo a la Investigación de Río Grande do Sul (Fapergs) no es diferente. Sérgio Bampi, presidente, prevé que el presupuesto de la entidad de este año llegue a 18 millones de reales, alrededor de un 26% del valor de previsto por la Constitución gaúcha. Idéntica situación se repite en el nordeste brasileño. José Carlos Silva Cavalcanti, presidente da Fundación de Apoyo a la Ciencia y la Tecnología de Pernambuco (Facepe), cuenta con 10 millones de reales hasta fin de año, valor que corresponde a la mitad de los fondos previstos por la Constitución estadual, pero que es el doble del valor transferido el año pasado. En Río de Janeiro, pese a que tampoco se cumple la ley, las perspectivas son optimistas: los fondos de la Fundación de Apoyo a la Investigación de Río de Janeiro (Faperj) ascenderían de los 62 millones de reales transferidos en 2000 a 100 millones de reales este año. Luis Fernandes, director científico de la Fundación, afirma que el gobernadorAnthony Garotinho está incrementando sustancialmente las partidas desde el inicio de se gestión.
La relación de las FAPS con los gobiernos estaduales, y consecuentemente, su situación financiera, ponen en discusión la siguiente cuestión: ¿por qué el modelo diseñado a partir de la Constitución de 1988 no avanzó en los estados, a excepción hecha de São Paulo? “Porque en São Paulo la ciencia y la tecnología tenían expresión política y una base social sólida. El modelo de São Paulo tiene historia, y la FAPESP tiene años de éxito en sus políticas. Eso consolidó su imagen institucional”, responde Carlos Américo Pacheco, secretario ejecutivo del Ministerio de Ciencia y Tecnología. “El transplante de ese mismo modelo a otros estados no tuvo éxito.”
Transferencias mensuales
La Constitución paulista de 1947 ya preveía que el estado de São Paulo debería destinar un mínimo del 0,5% de su recaudación tributaria a una Fundación de Apoyo a la Investigación. En 1960, una Ley Orgánica creó la FAPESP, que solo empezó a actuar en 1962, año en el que fueron aprobados sus estatutos. Desde entonces, las trasferencias eran anuales y, en determinados períodos, irregulares o sin la debida corrección monetaria. En 1983, una enmienda en la Constituición paulista garantizó que las transferencias se llevaran a cabo mensualmente y, en 1989, el artículo 271 de la nueva Constitución del estado elevó esse porcentaje al 1% de la recaudación del ICMS. En Minas Gerais, Río Grande do Sul y Río de Janeiro, por el contrario, hasta la reforma constitucional no existía ninguna exigencia orgánica que garantizara la transferencia de recursos.
A pesar de los percances financieros, muchas fundaciones de apoyo a la investigación -subraya Pacheco- han innovado y diversificado su área de actuación, abriendo programas nuevos, estimulando la demanda de tecnología empresarial y articulando la relación entre universidades y empresas. Pero no están aún preparadas para enfrentar el desafío de responder a una agenda amplia de ciencia y tecnología, tarea que es realizada en el ámbito de la secretaría. “En São Paulo, la FAPESP tiene una autonomía mucho mayor frente al sistema como un todo. En los otros estados no ocurre lo mismo. En ellos son las secretarias las que impulsan el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Y esa estrategia, a mi entender, tiene una agenda más promisoria que aquellas que se organizan exclusivamente a partir de las fundaciones de apoyo a la investigación”, completa. Algunos estados han adoptado propuestas “interesantes” para impulsar el desarrollo en ciencia y tecnología, al margen del diseño institucional, afirma. “Pero es fundamental que el estado cree una base política local que dé sustentación a su modelo”. Menciona los ejemplos de los estados de Ceará, Paraná y Santa Catarina, que han adoptado políticas de desarrollo prometedoras, aunque diferentes, “sin necesariamente pasar por las fundaciones de apoyo”. En lo que se refiere al incumplimiento de la ley que obliga a la transferencia de recursos a las fundaciones, él cree que, “si el gobierno federal logra mostrar que tiene recursos para los estados que se dispongan a plasmar programas importantes, será posible inducir cambios de conducta en los gobiernos estaduales.”
Carlos Henrique Brito Cruz, presidente de la FAPESP, refuerza las observaciones de Pacheco. “El gobierno nacional puede desempeñar un papel fundamental para estimular la inversión de los gobiernos en las Faps. En vez de sustituir recursos, por ejemplo, el gobierno federal debería estimular las inversiones de los estados”, dice. Otra estrategia que viene siendo debatida por los líderes vinculados a las fundaciones de investigación en los diversos estados es el fortalecimiento del Fórum de las Faps en defensa de sus intereses. El día 12 de julio, en vísperas del inicio de la 53ª Reunión Anual de la SBPC, estaba agendado un encuentro de representantes de las diversas Faps en Salvador, Bahía, para evaluar el cuadro financiero e institucional de las instituciones.
Movilización por recursos
El incumplimiento de la ley está movilizando a investigadores y rectores de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) y de otras instituciones de dicho estado que, a mediados de junio, se preparaban para entrar con una presentacióncontra el gobierno estadual. Hasta el comienzo de junio, de los 36 millones de reales prometidos, solo 7,1 millones de reales habían sido efectivamente transferidos a la Fapemig. Una acción similar fue interpuesta por la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Asamblea Legislativa de Minas ante la Procuraduría General del Ministerio Público. El presidente de la Fapemig cuenta que, en noviembre de 2000, fue intimado por la Fiscalía Pública para dar explicaciones sobre la diferencia en la transferencia de recursos a la fundación. Afirma que el Tribunal de Cuentas del Estado desde hace años observa que el cumplimiento de la Constitución solo se da en el plano contable, con la integración de la transferencia legal durante los últimos días del año, cuando ya no hay más tiempo hábil para el aprovechamiento efectivo de los recursos. La falta de los mismos compromete, por ejemplo, el programa de becas solventado por la Fapemig. Actualmente ésta financia 1.996 becas de maestría y744 dedoctorado, todas en Brasil. De ese total, 270 fueron otorgadas en 2001.
En Río Grande do Sul, las tentativas de responsabilizar a los gobiernos estaduales por el incumplimiento de la ley acabaron paralizadas, afirma el presidente de la Fapergs. “Ahora estamos apostando a la negociación política fundamentada en la presentación de resultados”, afirma. Bampi confía en la promesa del gobernador Olívio Dutra, en el sentido de que el gobierno hará desembolsos mensuales para la institución, conforme está previsto en la Constitución del estado. “El compromiso está siendo cumplido, con transferencias regulares”, dice. El presupuesto previsto para este año, de 18 millones de reales -celebra- ya representa un crecimiento del 33% con relación al volumen de recursos financieros de 2000, equivalente a 13,5 millones de reales.
El hecho de que el dispositivo constitucional gaúcho prevea que la transferencia de partidas se efectivice mensualmente, en duodécimos, coloca a la Fapergs en una posición un poco más confortable que la de su par de Minas Gerais, ya que evita la complementación formal de recursos en el cierre de los ejercicios fiscales. No obstante, la regularidad de la entrada de partidas no significa que la ley esté siendo obedecida al pie de la letra. Si el presupuesto de la Fapergs llega al valor proyectado por Bampi en 2001, corresponderá al 26,86% de los 67 millones de reales adeudados a la Fundación. “En 11 años de vigencia de la ley complementaria que reglamenta la transferencia, ningún gobierno la cumplió”, comenta Bampi. En los últimos 10 años, el estado de Río Grande do Sul acumuló una deuda de 251 millones de reales con la Fapergs. En ese período, los recursos efectivamente transferidos sumaron 80,7 millones de reales.
Deuda pública
“En Pernambuco y en otros estados brasileños, el problema no es la falta de voluntad política, sino las dificultades consecuentes del volumen de la duda pública”, pondera el presidente de la Facepe. El bienio 1998/1999 fue particularmente problemático. “Las partidas fueron prácticamente paralizados y el presupuesto total fue de apenas 3,69 millones de reales”, recuerda Cavalcanti. Con la regularización de las partidas, concretada el año pasado, la Facepe ha consolidado programas de fomento. Entre los nuevos proyectos Cavalcanti destaca los de las áreas de tecnología de la información, biotecnología, salud y medio ambiente. Cita también a los proyectos relacionados al Polo Médico de la Región Metropolitana de Recife, la agricultura irrigada del río São Francisco y el Polo de Yeso, en el norte de Pernambuco. En 1999, la Facepe suscribió una asociación con la FAPESP para el secuenciamiento del genoma de la caña de azúcar, para asumirlo íntegramente después de un año.
La Facepe no ofrece becas de maestría y doctorado. La Fundación ha logrado que la Federación de Industrias de Pernambuco (Fiepe) patrocine algunas becas. En el área de iniciación científica, la Facepe mantiene un convenio con el Consejo Nacional de Desarrollo Científico e Tecnológico (CNPq) que actualmente provee 59 de las 150 becas ofrecidas en el estado. En Río de Janeiro, el presupuesto de la Fundación saltó a 27,4 millones de reales en 1998, llegando a 62 millones de reales en 2000. “Estamos viviendo un momento sin precedentes”, dice Fernandes. El aumento de las partidas permitió, por ejemplo, la implementación del Programa de Apoyo de Emergencia a la Infraestructura de Investigación del Estado de Río de Janeiro, con recursos del orden de los 3,5 millones de reales. “También asumimos una serie de proyectos del Programa de Apoyo al Desarrollo Científico y Tecnológico (PADCT)”, cuenta Fernandes.
Salidas estratégicas
La Fapergs ha concretado asociaciones con la iniciativa privada. “En todos los proyectos temáticos o sectoriales, prevemos una contrapartida de entre el 20% y el 30% por parte de las empresas públicas o privadas”, dice Bampi. La Fapemig está empezando a desarrollar asociaciones con el sector privado, como es el caso del Programa de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas, y del de inducción para los sectores de minerales, piedras preciosas y joyas y medicamentos genéricos.