W.ROBINSON/REPRODUÇÃO DE "NATURALIST ON THE RIVER AMAZONS"Símbolos de la pereza, pues se dejan estar estirados al sol, los lagartos se asemejan a decir verdad a las baterías solares. Incapaces de calentar su cuerpo sin una fuente externa de calor, necesitan reptar para acumular energía para la vida cotidiana, lo que incluye huir de los predadores. En busca de entender la relación entre el comportamiento antipredatorio, la temperatura ambiente y el tamaño del cuerpo, la bióloga Tiana Kohlsdorf, de la Universidad de São Paulo (USP) de Ribeirão Preto coordinó un trabajo con lagartos overos, que llegan medir 1,5 m de largo. El riesgo quedó por cuenta del maestrando Fábio Cury de Barros, quien hizo las veces de predador, dándoles palmadas junto a la base de la cola a los lagartos, lo que le valió algunas mordeduras. Los resultados, publicados en enero en la revista Animal Behaviour, muestran que la estrategia de defensa de los lagartos overos varía de acuerdo con su tamaño y la temperatura a la que están sometidos. Jóvenes de menos de 100 gramos siempre huyen, aun cuando estén fríos y no logren correr (en este caso se retiran lentamente). En tanto, los adultos, de casi un kilogramo, solamente corren cuando están calientes. En el frío, más vale asestarle al predador una dolorosa mordedura.
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