Jugar al fútbol no le causa daños al intelecto. Ésa era una preocupación de los padres de cracks desde que la Academia Americana de Pediatría afirmó que aún se desconocían los riesgos de cabecear un balón de fútbol o de un choque de cabezas entre jugadores – y por eso, aconsejaba a los jóvenes atletas evitar jugadas de cabeza. Pero un nuevo estudio realizado en la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, publicado en el Americal Journal of Sports Medicine, aclara la cuestión.
Los investigadores compararon las capacidades de razonamiento y de aprendizaje de jugadores de fútbol con las de otros atletas de la universidad y no encontraron ninguna evidencia de reducción del desempeño en los tests cognitivos. En contrapartida, los jugadores de fútbol sufren efectivamente más conmociones cerebrales que otros atletas – y en los casos más graves, el daño cerebral puede poner fin al sueño de frecuentar los bancos de una universidad.
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