En un estudio publicado en enero en el New England Journal of Medicine, un grupo de investigadores encabezado por Rene Bernards, del Instituto del Cáncer de Holanda, sugiere evidencias de que es posible prever, mediante el análisis genético de las células cancerígenas, si determinados tumores evolucionarán o no hacia una metástasis – la diseminación de la enfermedad en otras partes del cuerpo – en los casos de cáncer de mama. De confirmarse el descubrimiento, consagrará también en el campo del diagnóstico los métodos estadísticos recientemente empleados en la investigación genómica.
Y ayudará a los oncólogos a prescribir tratamientos quimio o radioterapéuticos únicamente en pacientes que puedan beneficiarse con éstos. Nuevos estudios publicados recientemente reiteran el potencial de la nueva técnica en el diagnóstico de otros tipos de cáncer. Pero es de esperarse que surjan controversias. Los resultados de la investigación sugieren que existen tumores que, desde sus primeras manifestaciones, tienden inevitablemente a la metástasis. Durante muchos años los especialistas creyeron que la metástasis fuese generalmente fruto del crecimiento de tumores no detectados a tiempo.
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