Tras un parto normal, pesando 50 kg, el 17 de marzo nació el primer animal clonado en Brasil: la ternera Vitória, que crece sin problemas en una hacienda de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) cercana a Brasilia. Esto puede ser motivo para festejar también el dominio de una técnica – la transferencia nuclear – y el inicio de una nueva etapa en las investigaciones para el mejoramiento genético y la conservación de recursos genéticos en vías de extinción. Se estima que la clonación ayudará a realizar en un año el trabajo que hoy demanda 12 años.
El médico veterinario Rudolfo Rumpf, coordinador del proyecto de biotecnología de reproducción animal de la Embrapa, analiza la situación bajo una perspectiva histórica. Para Rumpf, Vitória tiene mayor valor científico y biológico que productivo. “Aún tenemos mucho trabajo”, dice. Su equipo produjo 24 embriones y transfirió 15 a “madres de alquiler”, y tan solo una gestación tuvo éxito.Vitória proviene del material genético de un embrión de cinco días, colectado en una donadora de la raza simental.
En 1997, un camino más complejo llevó a la oveja Dolly, concebida a partir de células de un animal adulto. “Tras la fecundación in vitro, reconstruimos el embrión en laboratorio”, cuenta Rumpf. Se reitera así, según él, la importancia de la interacción de técnicas: el embrión usado en el experimento como fuente donadora del núcleo se generó por la transferencia de embriones clásica.
El segundo
“Habrá un avance notable en ese área en Brasil en los próximos años”, dice Rumpf, con base en la suma de esfuerzos con los laboratorios que trabajan en transferencia nuclear en São Paulo, Río de Janeiro, Rio Grande do Sul y Pará. El primer clon brasileño obtenido con una técnica más parecida a la de Dolly nacería en breve: en la estancia en que Vitória nació está en gestación un becerro clonado a partir de células de la oreja de una vaca.