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Tecnociencia

Gigantes en la pantalla de la computadora

Un dinosaurio camina y balancea la cola en la pantalla de la computadora. En breve, éste será capaz de correr, masticar y, si todo sale bien, se moverá como un animal cualquiera. Las imágenes tienen el propósito de reconstituir con la mayor precisión posible los movimientos y las formas de los dinosaurios, incluso aquéllas de las partes no conservadas, tales como el cerebro, y descubrir cómo vivieron y de qué modo se relacionaron con otras especies. Un equipo de investigadores del Museo Nacional de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y del Instituto Nacional de Tecnología (INT) trabaja en el Staurikosaurus pricei, uno de los primeros dinosaurios surgido en el mundo, que habitó la región de Santa María, estado de Río Grande do Sul, hace cerca de 225 millones de años.

Su reconstitución en la computadora anima a los investigadores, pues de esta forma demuestran que el método innovador de tratamiento de imágenes que ellos adaptaron a la paleontología ha tenido éxito. Es una conjunción del modelado tridimensional con la animación en computadora, ya experimentada en otros países para el estudio de fósiles, pero con un ingrediente original: el método utilizado por la industria de electroelectrónicos y de electrodomésticos para la producción de modelos concretos en tres dimensiones – el de la construcción de prototipos rápidos tridimensionales.

Estas técnicas se suman a las informaciones obtenidas mediante tomografía computarizada, que en la paleontología sirven para reconstituir imágenes de fósiles incrustados en rocas sin destruirlos. Al trabajar las imágenes tomográficas con programas de computación gráfica, se logra observar detalles anatómicos inaccesibles en el fósil real, tales como las estructuras internas del cráneo. El objetivo reside en comprender el modo de vida del reptil, es decir, cómo se movía y cómo se comportaba. “Con base en las características que le suministramos, el programa muestra los movimientos que el reptil podría haber hecho y cuáles habrían sido sus limitaciones”, explica Sergio Alex Azevedo, director del Museo Nacional y coordinador del proyecto. 

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