Un emprendimiento científico está ayudando a la Fundación Iberê Camargo de Porto Alegre a elaborar un documento definitivo sobre las obras y los documentos del pintor ‘gaúcho’ existentes en su sede. Ocho investigadores trabajan desde hace tres años en la clasificación y catalogación de los más de 3 mil dibujos, 217 óleos y 354 grabados existentes en la institución. El estudio cuenta con el apoyo de Petrobras, Itaú Cultural, la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Río Grande do Sul -que financia dos becas de iniciación científica-, el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) y la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS).
Dicho trabajo resultará en el lanzamiento del catálogo raisonné de Iberê. Esa edición, que se dividirá en tres tomos (para pinturas, grabados y dibujos), será lanzada en simultáneo a la inauguración del Museo Iberê Camargo, una audaz obra de más de 8 mil metros cuadrados emplazada a orillas del río Guaíba, que tiene proyecto de Álvaro Siza. Su diseño fue premiado en la última Bienal de Arquitectura de Venecia.
“El catálogo contribuirá para la protección contra falsificaciones de las obras de Iberê”, dice Mônica Zielinsky, coordinadora de los trabajos para el raisonné. “Tenemos consciencia de que las obras de la fundación son apenas una parte del legado del artista, que son alrededor 7 mil trabajos. Pero es difícil encontrar los cuadros que están dispersos por el país, en manos de tantos coleccionadores particulares e instituciones públicas y privadas”, comenta. La catalogación será finalizada primeramente en el archivo de la fundación. Actualmente se realiza una muestra retrospectiva del pintor, intitulada Iberê Camargo: Delante de la Pintura.
Son alrededor de cien trabajos, entre pinturas, dibujos y grabados, seleccionados y organizados por el crítico de arte y curador Paulo Venâncio Filho. Están expuestos actualmente en la Pinacoteca del Estado de São Paulo (hasta el 20 de julio) y luego van a Río de Janeiro (Palacio Imperial), Recife (MAMA) y Salvador (MAM). En la exposición pueden verse también los croquis y una maqueta, que brindan una buena noción acerca de cómo será el edificio proyectado por Álvaro Siza. Por coincidencia, el catálogo, el museo y la muestra retrospectiva se congregan cerca del año en el que Iberê Camargo cumpliría 90 años. Nacido en 1914, el pintor murió de cáncer en 1994.
“El trabajo de catalogación ha sido mucho más extenso de lo que imaginamos en un primero momento”, comenta Mônica Zielinsky. “Hay dificultades, puesto que, al margen de ser un trabajo inicialmente elaborado en fichas, manualmente, todo después es registrado en un banco de datos”, añade. “Es necesario hacer identificaciones de obras que cuentan con pocos datos. Así, contamos mucho con la memoria de las personas que convivieron con Iberê, como doña Maria, su esposa, y Eduardo Haesbaert, que fue su impresor (de grabados) y actualmente es el encargado del archivo.”
Aunque estas dos fuentes vivas tienen muchas informaciones sobre la obra del pintor de Río Grande do Sul, el nivel de detalle requerido para la catalogación, clasificación e identificación es extremadamente alto, lo que exige un enorme esfuerzo de investigación. Además del nombre atribuido a la obra y la técnica empleada, cada ficha contiene la fecha de producción, la descripción, el lugar de firma, una transcripción de lo que Iberê eventualmente haya escrito en el reverso, el valor estimado por el propio pintor, una parábola (en las obras para las cuales el artista creó un código) y una inscripción (por ejemplo, cuando éste le dedicó el trabajo a algún amigo).
“Anotamos también las condiciones en las que la obra se encuentra al momento de la catalogación, de manera tal que se pueda hacer un seguimiento de lo que sucederá con ella en el transcurso del tiempo y cuando sea prestada para una exposición”, observa Mônica. En el estadio en el que el trabajo se encuentra, tan solo los dibujos y la correspondencia del pintor (que era un gran hacedor de frases, y le encantaba escribirles a amigos y familiares) pasarán por el proceso.
De acuerdo con la coordinadora del estudio, los investigadores se encontraron con diversas sorpresas. “Descubrimos cosas desconocidas para el público, e incluso para algunos críticos, como figurines y escenarios de teatro. También pinturas en cerámica, tapices, y hasta un trabajo hecho en cáscara de banano se encontró”. Y eso sin contar algunas curiosidades, como la facturas de zapatería y muchos documentos y cartas. La catalogación hecha por el equipo no solamente permitirá la identificación de las obras de Iberê -para evitar falsificaciones- sino que también contribuirá con el trabajo de investigadores de arte, e incluso de biógrafos.
Mientras eso no es posible, el público en general puede tener una buena idea de las principales fases de la carrera del pintor en la muestra Iberê Camargo: Delante de la Pintura. Las obras, divididas en salas, sigue una cronología, pero no en forma lineal. Para dejar esto claro, Paulo Venâncio Filho optó por colocar al comienzo del espacio expositivo obras del inicio y del fin de la carrera del pintor. Separados apenas por una media pared, trabajos figurativos de los años 40, como el paisaje de Río llamado Lapa y Auto-Retrato, están en el mismo ambiente que Solidão, la última tela pintada por Iberê, en el año de su muerte.
En las restantes salas puede verse la evolución pictórica de Iberê Camargo. Aunque el artista no se haya vinculado a un movimiento artístico específico, fue un hito en la historia del arte brasileño, con un expresionismo gestual muy propio, en el que la explosión de las pinturas y las pinceladas sobre la tela retratan una inquietud personal bastante intensa. “Su impronta es la investigación pictórica, que él nunca abandonó. Iberê, nacido en el interior de Río Grande do Sul, siempre tuvo consciencia acerca de la importancia de la pintura para la cultura occidental.
Cuando vivió en Río de Janeiro y cuando estudió en Europa, siempre afrontó el desafío de ser un grande pintor. No perteneció a un movimiento, pero no fue un pintor alienado, principalmente con relación a los temas artísticos. Bregaba por el perfeccionamiento de las técnicas de pintura”, por ejemplo, dice Venâncio.En el trayecto pictórico presentadoen la exposición, pueden encontrarse dos elementos muy presentes en la obra de Iberê Camargo, como lo fueron las banderitas en la de Alfredo Volpi: los carreteles y los ciclistas.
“Son símbolos de sus reminiscencias de infancia, que eran muy importantes para Iberê”, comenta Venâncio. Una sorpresa para quienes acompañan la trayectoria de la muestra es el trabajo desarrollado por Iberê en lo que se refiere a los colores. Solidão (Soledad), que podría expresar una relación dolorida con la muerte -el pintor sufría como consecuencia del cáncer-, presenta un paleta expansiva, incluso vibrante, totalmente diferente del perfil sombrío de varias telas anteriores.
Inquieto
La sombra de esos óleos sobre tela -presente en los innumerables cuadros que tienen a los carreteles como tema, por ejemplo- han llamado la atención de los medios de comunicación. Pero lo que se nota es que ésta no necesariamente se refiere a la relación de Iberê con el fin o con lo desconocido. “Al analizar el conjunto de su obra, percibimos que durante toda su vida fue un hombre muy inquieto. Su pintura traduce eso”, dice Mônica.
Para dotar de una calidad aún mayor al trabajo de catalogación de la obra de Iberê, el equipo coordinado por Mônica realiza también trabajos de reflexión, con el objetivo de producir textos y conferencias sobre la contribución del artista a la historia del arte y la cultura brasileña. Las investigaciones se basan en la metodología de Michael Baxandall, un estudioso proveniente de la historia social del arte, que utiliza como método de trabajo la teoría analítica.
“El trabajo consiste en impulsar un entrecruzamiento de documentos y obras, para arribar a conclusiones sobre la repercusión de la obra de Iberê en el panorama artístico e histórico del país”, explica la investigadora. Para Mônica, los tres tomos resultantes de la investigación son apenas los primeros de un trabajo de catalogación que puede continuarse cuando se descubran nuevas obras del artista.
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