En vísperas de la Navidad de 1969, el entonces gobernador Luis Viana Filho recibió un oficio en tono indignado de parte del general Abdon Sena, comandante de la 6ª Región Militar, con base en Salvador. El militar quería que la mayor autoridad del Ejecutivo de Bahía procediera a incautarse de la edición entera, en siete tomos, de las poesías completas del bahiano Gregório de Mattos Guerra (1636-1695) – organizada por James Amado a partir de códices del gramático Celso Cunha y de la Biblioteca Nacional, y publicada por la pequeña editorial Janaína, de Salvador.
En el mismo comunicado, Sena reprendió al gobernador por haber ayudado a la publicación de un autor que el Ejército consideraba “subversivo, anticlerical y pornográfico”. Miembro de la Academia Brasileña de Letras, biógrafo de Rui Barbosa y luego del presidente Castello Branco, Viana Filho había sido escogido por el régimen militar para gobernar Bahía. Y había mandado a comprar parte del tiraje de la obra de Mattos para distribuirlo en las escuelas de la red pública de enseñanza, las bibliotecas y entidades culturales de Bahía.
El contenido del oficio se filtró y enseguida la información circuló en los medios literarios y académicos, indicando que la edición había sido confiscada y quemada, como en los tiempos de la Inquisición. Como no era bahiano, quizás Sena no supiera que Gregório de Mattos estaba muerto y sepultado hacía dos siglos. Y más que eso, que en los últimos cien años había sido transformado en un mito de una Bahía que él presuntamente defendió con su poesía crítica corrosiva y libertaria. De cualquier modo, el episodio mostró en parte por qué el nombre del poeta barroco se había convertido en un tabú durante tanto tiempo: el escaso conocimiento sobre su vida y su obra persiste hasta los días actuales.
Por que molestaba a todos en Bahía, por eso el poeta jurista había sido relegado al limbo. Sin embargo, el tiempo hizo de él un héroe. Autor de poemas satíricos y plagados de pornografía, no dejó un solo manuscrito. Sus versos sobrevivieron en el imaginario popular o fueron compilados por sus admiradores. Y al igual que “quien cuenta un cuento aumenta un cuento”, no existe unanimidad con relación a la autoría de lo que le es atribuido. No se puede comprender al poeta sin considerar su compleja personalidad y su época. Aunque varias ediciones de sus versos se publicaron a lo largo del siglo XX, fue con la publicación del compendio de James Amado que se dio inicio el rescate de la producción del poeta maldito. En este frente, se ha destacado en las últimas tres décadas el historiador bahiano Fernando da Rocha Peres.
Después de Gregório de Mattos Guerra: uma re-visão biográfica y Um códice setecentista inédito de Gregório de Mattos [Gregório de Mattos Guerra: una revisión biográfica y Un códice del siglo XVIII inédito de Gregório de Mattos] (en alianza con la investigadora italiana Silvia La Regina), el historiador organizó en 2000 el seminario “Gregório de Mattos, el poeta renace cada año”, que se convirtió en una compilación de artículos de siete intelectuales bahianos y del poeta paulistano Haroldo de Campos (1929-2003). Ahora, Rocha Peres está presentando Gregório de Mattos, o poeta devorador [Gregório de Mattos, el poeta devorador], el tercer tomo de la colección Bahía con H, de la editorial carioca Manatti.
Investigador riguroso, Rocha Peres hizo suya la misión de reconstituir de la manera más precisa posible la vida cronológica del poeta, al margen de rescatar fragmentos desconocidos de su poesía. En el nuevo libro, el autor efectúa una síntesis de todo lo que investigó y construye un rico panel de la vida cultural, social y política de Bahía y del Brasil colonial y de su relación con Portugal. El autor procuró principalmente revisar qué estaba equivocado con relación a la vida de Gregório de Mattos, y añadir nuevos hechos documentados.
Para ello viajó a las principales ciudades portuguesas en los últimos 20 años en busca de cartas, documentos y textos de la época que hacían referencia al poeta. “Encontré fuentes documentales que me permitieron saber fechas exactas y recabar hechos importantes hasta entonces mal relatados”, dice, en entrevista. Tuvo acceso, en la Torre do Tombo, por ejemplo, al acta de matrimonio del poeta con la española Micaela de Andrade, cosa que hasta el momento nadie sabía. El tomo trae también un mapeo preciso de los cargos públicos que Mattos ocupó y la existencia de una hija que tuvo cuando vivió en Portugal.
En estos momentos, Peres y Silvia La Regina preparan la publicación de una camada inédita de poemas del Ballano, que ha de salir en poco tiempo más.
Antagonismo
El creciente interés por parte de los académicos de todo el país y hasta del exterior para comprender mejor Gregório de Mattos ha llevado a la aparición de corrientes antagónicas. Este esfuerzo divide opiniones con relación a las lecturas críticas e interpretativas, y a la autenticidad de los códices con compilaciones de sus poesías y escritos, además de una opción de análisis que ayude a trazar un perfil más completo y honesto desde los puntos de vista histórico y literario.
A partir de una escritura en portugués arcaico barroco del siglo XVIII, Gregório de Mattos hizo versos que mezclaban lo sagrado y lo profano, y empleó el lenguaje sexual como recurso para abordar valores y actitudes políticas y religiosas o de comportamiento. Para los críticos románticos del siglo XIX, él construyó una obra que lo transformó en el mayor poeta satírico de la lengua portuguesa del período barroco y un hombre avanzado en relación a su tiempo, un febril defensor de los cambios.
Más allá del lado satírico irreverente que le granjeó su fama, Mattos escribía también poesía sacra y amorosa. Hoy todavía, para muchos, sigue siendo visto como un caballero solitario que confrontó verbalmente a la elite, a la Iglesia y al poder central. ¿Habrá sido exactamente así? Nuevas lecturas sostienen que dejó en su legado el perfil de una persona racista y conservadora, signada por su origen en una familia pudiente y un profundo desprecio por la sociedad colonial brasileña. En retribución al apodo de “Boca del Infierno”, por ejemplo, tachó a Salvador y a su pueblo de “canallas del infierno”.
Gregório de Mattos, venerado en Bahía como un héroe romántico, puede ser más bien comprendido a partir de un contrapunto establecido por el profesor paulista João Adolfo Hansen en la década de 1980, cuando publicó el indispensable A sátira e o engenho (1989) [La sátira y el ingenio] por editorial Companhia das Letras. El libro acaba de salir en nueva edición, por editorial Unicamp. Su polémica tesis se opone a la corriente que rescató a Mattos hace más de un siglo y que tendría en académicos bahianos sus principales defensores.
En su doctorado, Hansen reconstituyó “la primera legibilidad normativa de la sátira” atribuida al poeta bahiano del siglo XVIII. Con base en fuentes primarias, investigó sus poemas satíricos, los tratados retóricos de la época y los documentos históricos – tales como delaciones de pecados y herejías ante el Santo Oficio y las actas del Concejo Deliberante de Salvador. Para ello, consultó documentos producidos en el transcurso de cien años y que abarcan la época del poeta.
Al romper con la crítica biográfica y alejarse de los clichés románticos sobre la supuesta vida del poeta, retratado habitualmente como ebrio, bohemio, obsceno y libertino, Hansen se granjeó algunos enemigos. Para llegar a esta visión de la poesía barroca brasileña, analizó el humor de Mattos por la vía de la tradición retórica del siglo XVII, donde la obscenidad y la maledicencia estaban previstas en reglas precisas. “Nunca pensé en hacer una revisión crítica. Mi planteo fue hacer una lectura histórica, pero el liberalismo, el romanticismo y el nacionalismo de los que se creen dueños de Gregório de Mattos fueron tan fuertes que mucha gente se sintió ofendida, agredida”, dice.
Hansen cuestionó principalmente el anacronismo de la crítica romántica del siglo XIX, hasta hoy enseñada en las escuelas, y que tendría distorsionado completamente la vida y la obra del poeta barroco bahiano. Así, la sátira fue entendida por sus detractores como la psicología de la persona. Es decir, por criticar y utilizar términos obscenos, Mattos sería un enfermo, un degenerado. El investigador muestra que había en realidad un movimiento literario basado en la sátira en Europa, que ponía en evidencia la recuperación de modelos de humor medieval como instrumento de ataque y de crítica.
Liberal
Para otros, dice Hansen, Mattos pasó a ser visto como un liberal, un libertario y hasta un “beatnic hippie” del siglo XVII. “En realidad era una figura aristocrática; católico, hidalgo, que luchaba por la corrección de las conductas, que defendía los buenos usos monárquicos”. El mejor término para definirlo es entonces el de “tradicionalista”, puesto que no conocía el concepto de conservador. “No se puede mantener la crítica romántica cuando se tienen herramientas que evidencian que se trata de una interpretación, pero que no es la única posible”.
El autor cree que esta imposición romántica distorsionó la visión mítica que Bahía tiene actualmente de Gregório de Mattos, como un héroe anárquico popular. “Se tiene orgullo de que haya nacido en Salvador, pero no sé de donde salió eso, pues su nación era a decir verdad Portugal”. Un argumento en este sentido era que arrasaba a Bahía en sus versos, no porque estuviera en busca de reformas, o por la prédica de ideales libertarios o anárquicos. No por casualidad mostró en diversas oportunidades un no disimulado odio contra judíos, negros, indios y pobres.
De acuerdo con los poemas que se le atribuyeron, según Hansen, Mattos recurría a un lenguaje agresivo y obsceno para defender la postura moralizante. Se presumió que tomó para sí mismo el papel de reformador de las costumbres de las torpezas, vicios y engaños, como si él mismo fuera inatacable. Los versos muestran que no aceptaba de buen grado los cambios acaecidos en la provincia.
Para Hansen, aun cuando Gregório de Mattos haya sido un hombre de su tiempo, que en muchas ocasiones reflejaba los intereses de clase de su familia ante la Corona, era singular y genial, pues entre todos los hombres y poetas satíricos de su época, demostró tener una visión crítica y perspicaz de la sociedad local. La misma que hizo de él el más temido, combatido y censurado poeta de la historia literaria brasileña.
Republicar