La noticia no fue del agrado de los fabricantes de computadoras: un estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts y de la Universidad de Jerusalén, publicado en Economic Journal, concluyó que el empleo de computadoras en los salones de clases no aporta beneficios evidentes para los alumnos de la enseñanza básica.
El trabajo comparó el desempeño de estudiantes de 9 y 13 años que frecuentaban escuelas israelitas con y sin computadoras, y no apuntó ninguna ventaja en la utilización de las máquinas digitales como aliadas del proceso pedagógico. Entre los alumnos más jóvenes, los investigadores creen que la adopción de software educativos incluso perjudica su desempeño en las pruebas de matemática. Si la investigación está correcta, el chip de silicio continúa siendo dispensable frente al viejo trinomio tiza-pizarra-profesor, sobre el cual se asienta la educación desde hace mucho tiempo.
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