Solamente en la apariencia más superficial y rastrera, el artículo estampado en la portada de esta edición de Pesquisa FAPESP se restringe a la institución que publica esta revista. A decir verdad, desde una perspectiva más comprensiva y aguda, el mismo se refiere a la economía de São Paulo, a la de Brasil y al rol que el país pretende tener en los próximos años en la escena internacional, en el marco de una de las cuestiones de infraestructura más decisivas para el futuro del planeta, ya sea en términos de conformación de las sociedades o de preservación del medio ambiente: la redefinición de la matriz energética a nivel global. Sin megalomanías, basado en la competencia de la investigación científica y tecnológica acumulada en el estado de São Paulo, el Programa de Investigación en Bioenergía – Bioen, que la FAPESP presentó el pasado día 3, cuyos pormenores detalla a partir de la página 20 nuestro editor de política científica y tecnológica, Fabrício Marques, puede brindar dentro de algún tiempo aportes tecnocientíficos efectivos con miras a lograr una ampliación consistente y irreversible del etanol dentro de la matriz energética, en especial en el sector de transporte, donde se lo ve como la indiscutible estrella en ascenso para reemplazar a los combustibles derivados del petróleo.
Como dice en el artículo Carlos Henrique de Brito Cruz, director científico de la Fundación: “Brasil tiene ventajas significativas en la producción del etanol de primera generación, elaborado con base en la fermentación de la sacarosa, pero existen varios desafíos que debemos vencer para mejorar su productividad”. Junto con ello, añade, “existen oportunidades importantes de desarrollo tecnológico del etanol de segunda generación, producido a partir de celulosa, que viene siendo objeto de investigaciones en muchos países. El Bioen actúa en ambos frentes”. Para ello, el programa se organiza en cinco vertientes: investigación sobre biomasa, con foco en la mejora de la caña de azúcar; procesos de fabricación de biocombustibles; aplicaciones del etanol para motores de automóviles; estudios sobre biorrefinerías y alcoholquímica y, por último, impactos sociales y ambientales del uso de los biocombustibles. Los pormenores, incluyendo la articulación con otras instituciones, como el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), y con grandes empresas privadas, pueden leerse en el mencionado artículo, cuya lectura es imperdible, pueden creerlo.
Es interesante que justamente en esta edición podamos publicar la entrevista ping pong con el ex ministro João Paulo dos Reis Velloso, con su incansable reflexión sobre las vías económicas para el desarrollo de Brasil -ampliamente basadas en ciencia y tecnología-, a las cuales se aboca desde hace casi seis décadas. Una primera parte de esta entrevista, la que se refiere a la infancia del niño de Piaui que él un día fue, y sus contribuciones al montaje de la estructura institucional de C&T en el país en las décadas de 1960 y -70, se la hice a decir verdad a finales de 2005, para mi tesis doctoral. Desde entonces intentamos insistentemente ajustar nuestras agendas para concluirla, cosa que solamente sucedió por fin el jueves 26 de junio pasado, un mes después por lo tanto de la apertura del XX Foro Nacional, es decir, una edición en números redondos del evento que Reis Velloso organiza anualmente desde 1988 para debatir Brasil. El presidente de la República es quien casi siempre abre las actividades del foro, y en esta ocasión no fue la excepción. Pero en el cierre, al cabo cuatro mañanas y cuatro tardes de conferencias y debates exhaustivos con ministros, presidentes de grandes empresas, reputados investigadores de múltiples campos y otros expertos, el ex ministro resolvió ser absolutamente innovador: una vez concluida la presentación de tantas ideas y propuestas sobre la sociedad del conocimiento que debemos construir en Brasil, con base en una economía creativa, y reiterada de diversas maneras la rara oportunidad que el país tiene actualmente de convertirse en un player, tal como se dice, fundamental en la escena internacional, “el mejor de los BRIC’s”, como pretende Reis Velloso, él armó una mesa para discutir -El amor en tiempos de desamor- y cerrar con una fuerte carga de emoción los trabajos del foro, al final de la mañana del viernes 30 de mayo. La visión o las visiones de este incansable economista pueden leerse en la entrevista que comienza en la página 12.
Relieve especial cabe al artículo sobre las cirugías de reducción de estómago, elaborado por la editora asistente de ciencia, Maria Guimarães. En dicho texto, ella explica en detalles por qué tales operaciones, además de resolver en gran escala el problema de la obesidad mórbida, terminan por ayudar en el tratamiento de la diabetes e incluso sirven de protección contra la aparición de cánceres. Ese artículo sería un firme candidato a ganar la tapa de la revista, si no tuviéramos un tema de alcance mucho más vasto como lo es el programa de investigación sobre el etanol.
Para concluir, un hecho sumamente triste del mes de junio. La repentina muerte de la antropóloga Ruth Cardoso es la razón del texto del periodista Gonçalo Junior que empieza en la página 106, sobre la trayectoria de esa mujer especial, su significado para la enseñanza y la investigación en ciencias sociales en São Paulo y, simultáneamente, su capacidad de transferir a la práctica política sus reflexiones académicas, en especial cuando se vio en la función de primera dama, entre 1995 y 2002. Destacamos en la página 109 el pequeño pero valioso y sensible testimonio del filósofo José Arthur Giannotti sobre Ruth Cardoso.
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