Parece no tener lógica, pero las grandes ciudades – de Brasil y de otros países –, con un gran parque automotor, tienen menor índice de accidentes por vehículo en comparación con los municipios pequeños. Proporcionalmente, las ciudades menores tienen más accidentes automovilísticos seguidos de muerte que las metrópolis. El descubrimiento consta en un estudio del equipo conducido por el economista Samuel Kilsztajn, de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP), a partir del análisis del número de vehículos por habitante. “Con relación a la población, ciudades como São Paulo tienen más accidentes, pero eso solamente ocurre porque la flota por habitante es enorme”, dice Kilsztajn. El investigador recuperó un estudio realizado por la Fundación Sistema Estadual de Datos (Seade) de 1977, que muestra que el número el número de muertes por vehículo es un mejor indicador del grado de violencia en el tránsito, no así número de óbitos por habitante.
Los investigadores utilizaron datos de 61 países y 51 localidades brasileñas. Los resultados muestran que, cuanto mayor es el número de vehículos por habitante, menor es el número de muertes por vehículo. Por ejemplo, la tasa de mortalidad en el tránsito por cada 100 mil habitantes, en 1997, era de 14,8 en Teresina (Piauí) y de 23,5 en São Paulo. Sucede que Teresina tenía 0,9 vehículo por cada diez habitantes, y la capital paulista, 4,8 carros por cada diez habitantes. Ergo, el número de óbitos por vehículo en Teresina (17,1 por cada 10 mil) era 3,5 veces mayor que el de São Paulo (4,9 por cada 10 mil). Kilsztajn arriesga una explicación: “En lugares con pocos coches, hay un escaso conocimiento, tanto por parte de los conductores como de los peatones, acerca de cómo lidiar con los vehículos”. El estudio fue publicado en la Revista de Salud Pública.
Republicar