A pesar del aumento del 60% del parque automotor en los últimos 20 años, los niveles de polución por monóxido de carbono, hidrocarburos y óxido de nitrógeno en la Región Metropolitana de São Paulo se han reduzido significativamente. La mejora de la calidad del aire sucede por la migración de las industrias y por la expansión del sector de servicios. Pero es también el resultado del Programa de Control de la Polución del Aire por Vehículos Automotores (Proconve) que, desde 1986, establece límites máximos para la emisión de gases contaminantes.
Las nuevas tecnologías incorporadas por los fabricantes redujeron las emisiones de contaminantes en más de 90% en los automóviles y en 80% en los camiones. Esto fue posible por medio del cambio de los carburadores por inyectores que controlan electrónicamente la alimentación de combustible, mejorando la combustión y el consumo, como así también debido a la implantación de sistemas de control de emisiones, como el conversor catalítico.
Estas inversiones, además de impulsar el desarrollo tecnológico de la industria automotriz, retirarán de la atmósfera partículas que propician el desarrollo de enfermedades tale como el infarto de miocardio, los derrames, la bronquitis, el asma y el enfisema pulmonar. Los efectos de la reducción de la polución en la salud de la población son impresionantes. El Laboratorio de Polución Atmosférica Experimental (LPAE), de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP), evaluó el impacto de esas medidas en la Región Metropolitana de São Paulo durante los últimos diez años y concluyó que se salvaron 15 mil vidas, tal como afirma Paulo Saldiva, investigador del LPAE. El costo social de esas muertes hubiera sido de 1,5 mil millones de dólares.
La ganancia en salud debería ser el principal argumento para justificar las inversiones en nuevas tecnologías. Para construir una central hidroeléctrica, se requieren estudios de impacto ambiental. Lo propio no sucede cuando las acciones devienen en la polución del aire, afirma Saldiva. São Paulo, poe ejemplo, otorgada licencias a 20 mil nuevos vehículos por mes. Cada tres meses, esos vehículos producen un volumen de emisiones equivalente al de una central termoeléctrica de gas, que es altamente contaminante.
Nuevas metas
El Proconve completó 20 años con éxito, pero ahora tiene que establecer nuevas metas para atender los nuevos estándares pregonados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La OMS, él demuestra, propone un límite máximo de 20 micrómetros (la millonésima parte del metro) para las partículas inhalables finas, provenientes de las emisiones de gasoil. São Paulo tiene partículas con 40 micrómetros, afirma. Esta diferencia, de acuerdo con la investigación de la USP, resulta en nueve muertes por día y en un costo social de 300 millones de dólares anuales. En el caso de las partículas emitidas por gasoil, los mayores villanos de la historia son los viejos ómnibus y camiones el parque tiene una edad promedio de 15 años que aún circulan sin utilizar filtros y catalizadores adecuados.
La solución está en la inspección obligatoria de vehículos, medida adoptada únicamente en el estado de Río de Janeiro. Ahora existe tecnología para ello, subraya Saldiva.
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