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Demografía

La metrópolis móvil

El perfil migratorio de São Paulo lleva la impronta del vaivén y de la internacionalización

Publicado em junio de 2011

WILSON PEDROSA/ AGÊNCIA ESTADO/ AEEs un hecho razonablemente conocido que la Región Metropolitana de São Paulo no es más un gran polo de absorción de migrantes internos y externos, rol que desempeñó durante la mayor parte del siglo XX. Durante la primera década del XXI se registró un significativo saldo negativo entre los que entraron y los que salieron. Llegaron 100 mil personas y partieron 800 mil solamente hacia el interior del estado. Pero lo que no es tan conocido es el nuevo perfil migratorio que esas cifras esconden de algún modo. El flujo ya no se explica debido a la dinámica de la industria y del empleo formal que antes atraía a los nuevos pobladores. La gran novedad es el fenómeno de la reversibilidad, es decir, las permanencias tienden a acortarse y el movimiento se caracteriza por idas y venidas, además de los retornos definitivos.

La descripción minuciosa de estas nuevas configuraciones demográficas, sus implicaciones y desdoblamientos, es la tarea del Observatorio de Migraciones del Núcleo de Estudios de la Población (Nepo) de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp), financiado por la FAPESP y coordinado por Rosana Baeninger, docente del Departamento de Sociología del Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas (IFCH), también de la Unicamp. El proyecto tiene una extensión cronológica extensa –de 1880 a 2010– y una perspectiva interdisciplinaria, lo que hace que nuevos estudios temáticos –que actualmente totalizan 16– surjan a medida que las investigaciones avanzan.

“Nuestro objetivo es que cada investigador logre develar procesos que los grandes números no muestran”, dice Rosana. “Tenemos el desafío de buscar nuevas fuentes de datos, pues los censos no nos suministran información sobre las migraciones internas, por ejemplo”.  Los productos finales serán un atlas temático y un banco de datos. No solamente se utilizan nuevas fuentes, sino también nuevos abordajes recientes de la bibliografía nacional y extranjera que ayudan a entender el cuadro más amplio. Uno de los puntos de partida del observatorio indica que “la comprensión de los procesos migratorios solamente adquiere significado si consideramos la dimensión espacial y territorial”.

Así se arribó a la constatación de que en el siglo XXI, como ya se podía entrever desde los años 1990, la Región Metropolitana de São Paulo se insertó en la ruta de las migraciones internacionales. “La metrópolis tienen una característica mucho más volcada al mercado internacional, como parte de una cadena de ciudades globales”, dice Rosana. En ese marco amplio, mientras que los procesos económicos se multiplican espacialmente, el tiempo se globaliza. Es lo que el sociólogo británico Anthony Giddens denomina “mecanismos de desencaje”.

Actualmente São Paulo es el destino tanto de mano de obra altamente calificada como de trabajadores indocumentados y sin capacitación específica, pero que se insertan en mecanismos de producción flexibilizados, amoldados a la movilidad del capital. En el primer caso se destacan argentinos y chilenos, que vienen a trabajar en la ciudad en puestos de gerencia, con autorización de permanencia por períodos renovables de dos años y contabilizados por el Ministerio de Trabajo: son 20 mil, según los datos más recientes. En el segundo caso se encuentran sobre todo los bolivianos, que inmigran por problemas en sus lugares de origen y no aparecen en las estadísticas oficiales. Su cantidad total es estimada en 200 mil por entidades privadas como la Pastoral del Inmigrante. De este modo, según la socióloga, “100 años después de la migración europea, São Paulo ha vuelto a ser la puerta de entrada de las migraciones internacionales, pero ahora no ya subsidiadas por el gobierno”.

Como es sabido, en un fenómeno que se remonta a tres décadas, los bolivianos vienen principalmente para trabajar en la industria de confecciones, de propiedad de inmigrantes asiáticos o sus descendientes. La migración boliviana se encuentra actualmente en la segunda generación y ha causado impactos urbanos sensibles, como el conocido cambio del perfil demográfico del barrio de Bom Retiro, tradicionalmente caracterizado por el comercio y por la presencia judía, y actualmente sede de la mayoría de las confecciones de ropas que emplean mano de obra latinoamericana.

Ésa es una actividad internacionalizada en el principio de la cadena de producción, toda vez que las telas llegan de Corea. En los últimos años el sector ha venido elaborando sistemas elaborados, que permiten que muchos bolivianos trabajen estacionalmente, con demandas específicas, de acuerdo con las temporadas de lanzamientos de ropas (verano e invierno), lo que refuerza el movimiento general de vaivén entre los migrantes de la ciudad. Actualmente muchos trabajadores bolivianos provienen de zonas urbanas y llegan con capacitación profesional.

Entre los migrantes internos, principalmente nordestinos, el hábito de la estacionalidad también se ha intensificado. Existe por ejemplo un buen contingente de personas que trabajan en la venta de billetes de lotería en las calles durante algunos meses, pero regresan a sus lugares de origen para aprovechar las altas temporadas de la industria del turismo. Otra faceta de la permanencia corta o incluso del regreso de migrantes es el encarecimiento del costo de vida en la ciudad. Antes las periferias ofrecían rutinas propias y potencial de absorción de nuevos habitantes, pero ahora, según Rosana, “el entorno no está más desarticulado del centro; esas regiones se adensaron y se reconfiguraron”. Un rasgo característico del perfil migratorio del siglo XXI en la Región Metropolitana de São Paulo es la regresión. Se trata del área del país que más población pierde anualmente, especialmente en lo que se refiere a la migración interna. Por otro lado, el estado es el que más mano de obra calificada recibe.

Redes
Un factor importante en la estructura social que permite la circulación de migrantes, tanto internos como externos, son las redes sociales: grupos articulados de apoyo a la permanencia temporal, formados principalmente por parientes. Gracias a éstas, les es posible a los migrantes muchas veces dejar durante algún tiempo a sus hijos en el lugar de origen mientras se dedican al trabajo estacional. Las redes sociales operan en los dos extremos de la migración y no constituyen un fenómeno nuevo (a veces son redes que perduran desde hace 60 años), pero han cobrado una importancia clave en la sustentación de la temporalidad de las migraciones entre lugares tan distantes. Esto hizo surgir sistemas organizados y dinámicos de transporte, tales como los ómnibus que salen de la región de São Miguel Paulista, en la zona este de São Paulo.

En la actualidad el gran eje migratorio del país es el estado de Goiás. “Es el gran polo de absorción”, dice Rosana. La agroindustria ha venido atrayendo incluso mano de obra calificada paulista. Asimismo, un centro productor de cereales como la ciudad de Rio Verde ofrece cursos de gestores públicos que atraen profesionales de fuera del estado.

La expansión de la agroindustria en el interior paulista también sigue atrayendo a los migrantes de otras regiones, de la capital, de núcleos internos vecinos y, en menor escala, del exterior. Se suma a la agroindustria la robustez de nichos económicos volcados al mercado externo que las diversas regiones han logrado consolidar: el de calzados en el área de Franca, el de joyas en Limeira, el de muebles en Votuporanga, y el sector hotelero, sustentado por el circuito de la fiesta del peón de Barretos, etc. La malla vial es lo suficientemente eficaz  como para que muchos profesionales vivan en una ciudad y  trabajen en otra, lo que provoca “la densificación de pequeñas ciudades cuya impronta era antes la evasión”.

Coreanos delante de una mueblería de usados en el barrio de Bom Retiro, en São Paulo

DANILO VERPA / FOLHAPRESSCoreanos delante de una mueblería de usados en el barrio de Bom Retiro, en São PauloDANILO VERPA / FOLHAPRESS

¿Un retorno al campo? “No”, dice Rosana. “Aun cuando el trabajo se vuelque al área rural, las personas viven en la ciudades o en lo que denominamos zonas de extensión urbana no catalogadas, es decir, áreas con características urbanas sin que oficialmente se las considere así”. Con esa uniformización, ha aumentado mucho la migración de corta distancia y el vaivén regional, a punto tal de crear un cuestionamiento teórico: ¿a las personas que realizan esos desplazamientos puede considerárselas migrantes? Según la concepción en vigor en los años 1960, informa la profesora, la adaptación de un migrante de la zona rural tradicional al ambiente urbano moderno tardaba alrededor de 10 años. Pero en el interior paulista, actualmente, los patrones de urbanización y consumo son prácticamente idénticos entre las regiones.

Impacto
El modo de funcionamiento de las investigaciones del Observatorio de Migraciones, basado en la interdisciplinariedad y en la cooperación con otras instituciones académicas brasileñas y extranjeras, hace surgir estudios de fenómenos sin gran volumen numérico, pero importantes desde el punto de vista sociológico y antropológico. Por ejemplo, se planea un estudio inédito sobre el impacto social de los traslado de cárceles a las ciudades del interior del estado de São Paulo, con el movimiento de grupos que eso acarreó.

Un estudio en marcha ilumina la migración de refugiados en la región metropolitana durante este siglo. Existe una significativa presencia de colombianos (y algunos cubanos) que se vieron presionados a salir de sus lugares de origen debido a los conflictos internos. “Brasil tiene una de las legislaciones más abiertas de América Latina para refugiados, cosa que provoca ese flujo”, dice Rosana. Se estima que hay 1.800 refugiados en la ciudad de São Paulo. Entre ellos, los más recientes son los colombianos, que en general tienen familia, muchas veces compuesta por el cónyuge o los hijos brasileños, en general con calificación profesional pero dificultades de inserción, pues no tienen diploma revalidado. A título de comparación, la mayoría de los refugiados en la ciudad de Río está compuesta por africanos solteros, que suelen llegar como estudiantes y posteriormente piden refugio. Tanto los refugiados como los inmigrantes indocumentados, según Rosana, generan situaciones que demandan políticas sociales en favor de sus derechos y de protección contra la discriminación, que aún no han sido instituidas.

Un estudio particularmente interesante del Observatorio de Migraciones, a cargo de la socióloga Marta Maria do Amaral Azevedo, también de la Unicamp, se refiere a la presencia guaraní en São Paulo. Actualmente hay en la región este del estado 20 comunidades, cuatro de ellas en la capital. El proceso migratorio, oriundo de Paraguay, del actual Mato Grosso do Sul y de Argentina, comenzó durante la segunda mitad del siglo XIX. Sin embargo, se hay observado que se mantiene, “creando muchas veces impasses en las políticas públicas y en la cuestión de las tierras”. El estudio tiene por objeto, entre otras cosas, cuantificar esa población y trazar su genealogía. “La investigaciones existentes apuntan motivaciones religiosas y  económicas, como la búsqueda de tierra sin males, un lugar en donde sería posible vivir al estilo guaraní, o, de acuerdo con el guarani reko, la manera de ser de ese pueblo”, dice Marta. “Hoy en día existen extensas redes sociales estructuradas a partir del parentesco y de las relaciones de religiosidad, intercambios económicos y la práctica del concepto oguatá: caminar, que puede significar una visita a un pariente o un viaje para consultar a un pajé [chamán], o incluso para una reunión de familias.”

 

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