Imprimir Republish

Reseñas

Las lecciones de historia del Dr. Pedro Nava

Memorialista aborda los avatares de la formación de los médicos en Brasil

En el marco de las conmemoraciones del centenario del nacimiento del médico y memorialista Pedro Nava (1903-1984), una buena nueva: la reedición de Território de Epidauro, agotado desde hacía ya mucho tiempo. Publicado en 1947, circuló entre los médicos y entre un público restringido. Pese a que esos ensayos abordan temas relativos a la historia de la medicina brasileña, no podemos leer este libro hoy en día sin compararlo con sus Memórias (1972-1983). Al delinear los orígenes de nuestra medicina, con su prosa envolvente, Nava procura comprender cuáles son las vicisitudes de la formación de los médicos en el país y el comportamiento peculiar de los enfermos. Para evaluar la eficacia de una medicina, enseña, deben conocerse las creencias de la población a la cual ésta se dirige. Ambas son, por tanto, manifestaciones de la misma cultura, y, de este modo, mantienen entre sí nexos, aun cuando en principio parezcan incongruentes.

Si la medicina empezó a imponerse entre nosotros como “actividad científica” a partir del siglo XIX, bajo el influjo de Francia, no significa que no haya existido antes. Al contrario, hubo varias artes de cura, y el crédito de tal florecimiento sería, de acuerdo con Nava, de los colonizadores que trajeron de Portugal los saberes dichos populares y eruditos. La cuestión radica en que durante mucho tiempo las dos instancias compartieron los mismos secretos y formulaciones. Era una medicina preocupada en curar los males físicos, pero encarándolos como obra de la ira divina o de la astucia demoníaca. Por tanto, junto a las recetas útiles, probadas y aprobadas, se encuentran prescripciones dictadas por la superstición y por concepciones sobrenaturales de las enfermedades.

De allí los diversos rituales de purificación asociados a la ingestión del medicamento, algunos revestidos incluso con “aureola de sacrificio”, como la 24ª receta del manuscrito del final del siglo XVIII y comienzos del XIX del portugués que vivió en Paracatú y de quien Nava nos muestra la transcripción al final del ejemplar. Creencias entrañadas en nosotros como consecuencia de la escasez crónica de médicos académicos, la gran extensión territorial, la dificultad para importar medicamentos y el largo viaje que los inutilizaba, abriendo así el terreno para la penetración de una medicina “fabulosa, irreal y absurda”.

En contrapartida, en el siglo XIX la medicina moderna fue introducida en el país siguiendo los moldes de la escuela médica francesa, con la enseñanza sistemática de la fisiología, la patología y la clínica general. Enseñanza basada en un “espíritu de escuela” que, entretanto, la medicina contemporánea ha perdido en nombre de la especialización. Si el médico no debe olvidar que la medicina es oriunda de la experiencia “de aquellos primeros que se convirtieron en médicos a través del razonamiento: “ya vi alguna afección igual que fue curada con tal remedio”, no tiene sentido, según Nava, adoptar el análisis del “detalle organicista y local” en detrimento de una “concepción del organismo como un conjunto funcional sinérgico y global”. La especialización es fructífera únicamente cuando concentra una base teórica por medio del aprendizaje constante e integral, en un conjunto de áreas afines, teniendo en la mira siempre al individuo como un todo. Observaciones pertinentes aún hoy en día, cuando los avances de la información genética y digital tienden a desembocar en la obsolescencia del cuerpo humano.

¿Qué desean los enfermos cuando consultan a un médico? De acuerdo con Nava: atención, bienestar, confianza y, evidentemente, la cura para sus males. No son, por lo tanto, muy diferentes que aquellos griegos antiguos que se dirigían a Epidauro, buscando la intercesión de Esculapio. Território de Epidauro tiene mucho que enseñarles a los médicos, pero también a los historiadores y a todos aquéllos que se dedican a los estudios literarios, por su dimensión humana en ésta, nuestra época, plagada de tragedias.

Maria Luiza Medeiros Pereira es doctora en Teoría e Historia Literaria del Instituto de Estudios Literarios de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp)

Território de Epidauro
Pedro Nava
Ateliê Editorial
248 páginas
R$ 25,00

Republicar