Imprimir Republish

Especial

Los bases del sistema

La actividad de investigación para obtener resultados y competitividad, no depende solamente de la aptitud del investigador y de la eficacia de los equipamientos. Estas son, evidentemente, premisas fundamentales, pero que no pueden dejar de lado la necesidad de contar con instalaciones con una infraestructura adecuada: red eléctrica e hidráulica, bancos de pruebas y ambientes climatizados, por ejemplo. Cosas aparentemente prosaicas, pero que componen los cimientos del sistema y para lo cual, hasta el surgimiento del Programa de Infraestructura, no había recursos.

“Para formar el trípode esencial de la investigación – compuesto por becas, auxilios a proyectos e infraestructura – faltaba esto último”. Ésa es la opinión del investigador José Antonio Visintin, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de São Paulo, sobre el programa, opinión que coincide con la de la investigadora Mayana Zatz, del Instituto de Biociencias de la USP. “Fue muy acertada la percepción de la FAPESP de que no bastaba con invertir en actividades de investigación, dejando la infraestructura de los laboratorios a cargo de las universidades e institutos”, afirma.

Las necesidades eran enormes. La falta de condiciones de trabajo, como se puede observar en los reportajes y en las declaraciones de los investigadores y en la propia demanda de recursos del programa, mostrada en los gráficos, que presentan datos globales, abarcando todas las áreas de conocimiento. En la primera parte, el Infra I, las demandas de los investigadores fueron orientadas hacia dos módulos: el Infra General, que comprendía a los laboratorios en general, excepto los Bioterios, que constituían un módulo específico. En las partes siguientes -los Infra II, III y IV- los dos módulos se reunificaron en uno solo.

Para poder trazar un cuadro de la situación de los laboratorios anterior al programa e informar sobre los primeros impactos que se observan con la recuperación de los ambientes de investigación, se escuchó a investigadores de diversas instituciones y de varios puntos del estado, de las áreas de Ciencias Agrarias y Veterinarias, Biología, Salud, Física, Química, Ingeniería y Artes y Ciencias Humanas. Muchos no llegaron a ser oídos, al fin y al cabo, para la recuperación de los laboratorios se liberaron recursos para 2.356 proyectos. Otros tantos brindaron sus declaraciones, pero no aparecen sus nombres por la absoluta imposibilidad de citar a todos en un reportaje.

Sin embargo, su declaraciones fueron fundamentales para que se rescatasen las condiciones anteriores de trabajo de los investigador con el calor de las emociones puesto en juego y el primer impacto después de su recuperación. Este suplemento reúne reportajes sobre los laboratorios de las áreas de Ciencias Agrarias y Veterinaria, Biología y Salud. El próximo abordará las áreas de Física, Química, Ingeniería y Artes y Ciencias Humanas. Y, aunque sea todavía un poco pronto para evaluar efectivamente los impactos del Programa de Infraestructura en la producción científica, los reportajes no dejan lugar a dudas de que dichos impactos ya comienzan a vislumbrarse.

Republicar