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Especial

Más calidad con menor riesgo

La Escuela Politécnica de la USP refuerza asociaciones estratégicas

La Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo, fundada en 1894, introdujo componentes técnicos y científicos al conocimiento producido en el país, hasta entonces de carácter esencialmente humanista. A lo largo de 107 años, la Poli ha cumplido con éxito su misión de sentar las bases para el desarrollo de la industria nacional. El ritmo del desarrollo de las investigaciones y la ampliación del número de alianzas y asociaciones, en los últimos años, exigió la ampliación de las instalaciones y la modernización de los equipamientos de sus diversos laboratorios. Desde 1995, la Poli cuenta con el apoyo del Programa de Infraestructura de la FAPESP para financiar dichas reformas.

El Laboratorio de Caracterización Tecnológica (LCT), del Departamento de Ingeniería de Minas de la Escuela Politécnica de la USP, es uno de los proyectos beneficiados con el programa. Montado en 1991, su crecimiento se dio de manera desordenada, y en poco tiempo, se hizo necesaria la modernización de instalaciones, red de informática y equipamientos para atender con calidad la creciente demanda de servicios, según su coordinador, Henrique Kahn. “El Infra llegó en una fase de consolidación no solamente de la infraestructura ya existente, sino también del propio grupo, más maduro y reconocido por la comunidad y con mayor actuación en las empresas y en el seno la propia universidad”, dice Kahn.

Actualmente, el LCT es un centro de excelencia en investigaciones de materia prima mineral tendiente al aprovechamiento de recursos no renovables. Sus trabajos están volcados al procesamiento de muestras, microscopía electrónica y evaluación de materiales, orientación de inversiones en proyectos de minería y resolución de sus problemas tecnológicos. Empresas del porte de grupos como Bunge, Fertifós (Bunge/Cargill), Galvani, Compañía Vale do Rio Doce y Votorantim se están beneficiando con la calidad de las investigaciones desarrolladas en el laboratorio, según su coordinador, Henrique Kahn.

El LCT capacita y ofrece cursos de reciclaje para investigadores y técnicos de esas empresas de minería y ofrece cursos periódicos dentro del campus de la universidad. El laboratorio también mantiene un acuerdo con Philips de Holanda para la capacitación del personal de sus clientes brasileños. Los recursos del programa de la FAPESP fueron utilizados para resolver problemas de infraestructura: cables en contacto con agua, termitas, aire acondicionado deficiente, inexistencia de generadores propios y de sistemas de estabilización y nobreaks .

Las inversiones permitieron modernizar algunos sectores y equipamientos tales como los de microscopía electrónica de barredura, espectrómetro de rayos X por extensión de longitud de onda, de preparación de muestras y de difratometría de rayos X. “Si ahora tenemos confort en el suministro de energía, instalaciones claras, bien iluminadas, funcionales y estéticamente adecuadas, todo eso se lo debemos a los recursos del Infra. Hubo una mejora muy significativa de las condiciones operacionales, minimizando los riesgos y aumentando la calidad de vida de nuestros investigadores”, finaliza Kahn.

Silicio poroso
Otro departamento de la Escuela Politécnica beneficiado por el Programa de Infraestructura fue el de Ingeniería de Sistemas Electrónicos. El departamento utiliza la tecnología de uso del silicio poroso en investigaciones y que tiene un enorme potencial para aplicaciones en componentes de informática. El silicio también es un material utilizado en el desarrollo de una amplia gama de sensores de larga utilización en las áreas petroquímicas y de diagnóstico médico, según Francisco Javier Ramirez-Fernandez, que integra el equipo del departamento.

Ejemplo de esto es el proyecto de monitoreo de la calidad de los combustibles, por medio de una “nariz electrónica” – un sensor que detecta aromas de diferentes gases químicos en la composición de combustibles. El proyecto es apoyado por la Financiera de Estudios y Proyectos (Finep), en cooperación con la Petrobras. Otra alianza, con la Debis-Humaitá, subsidiaria de la Mercedes-Benz, está permitiendo el desarrollo de instrumentación inteligente para la automatización industrial.

El primer aporte del Programa posibilitó la creación de un área exclusiva para investigación de los grupos vinculados al área de sensores. Fueron construidas bancadas, algunas paredes divisorias y parte del piso. El segundo aporte financió equipamientos especiales sofisticados, posibilitando el aumento del tiempo de trabajo, capacitación de recursos humanos, la finalización de programas de posgrado y el aumento en la producción de las investigaciones.

Para Ramirez-Fernandez, las dos inversiones contribuyeron significativamente al desarrollo de cinco grupos de trabajo en cinco laboratorios diferentes: Laboratorio de Sistemas Integrables (LSI), Laboratorio de Microelectrónica (LME), Laboratorio de Ingeniería Biomédica (LEB), Laboratorio de Automatización Agrícola (LAA) y el Instituto de Ciencias Biomédicas (ICB), el único que funciona fuera del complejo de la Escuela Politécnica. El potencial de investigación impulsado por los recursos del Programa de Infraestructura fue fundamental para que el Departamento de Ingeniería de Sistemas Electrónicos fuese registrado en el Proyecto de Apoyo y Desarrollo Científico (PADCT), del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), para continuar el desarrollo de la tecnología del silicio poroso.

Permitió además la integración en la Red Cooperativa de Investigaciones de Sensores de Automatización Industrial, apoyada por la Finep, para el desarrollo de los sensores, y amplió la interacción con otras universidades brasileñas. Desde1995, fueron finalizados siete programas de maestría y tres de doctorado. Según Ramirez-Fernandez, el salto de calidad fue palpable también en el aumento de publicaciones en revistas científicas reconocidas. “La capacitación local permitió la aceptación de nuestro grupo de investigación en redes del ámbito nacional e internacional”, concluye.

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