La divulgación de la ciencia, la formación de periodistas científicos y la relación entre científicos y periodistas son temas frecuentes y recurrentes en congresos brasileños cuando se discute el papel del periodismo científico en la formación de la opinión pública. Durante el VII Congreso Iberoamericano de Periodismo Científico realizado en Buenos Aires del 16 al 18 de noviembre, la situación no fue diferente. Empero el tema general haya sido “Ciencia, Tecnología y Sociedad”, la gran mayoría de los trabajos presentados se limitó a efectuar relatos de experiencias de divulgación en escuelas, museos y en los medios de comunicación.
Fueron raros los trabajos que se dedicaran a reflexionar sobre el papel del periodismo científico desde una perspectiva política y económica, en la cual las relaciones de poder inmersas en las políticas científicas y tecnológicas fueran efectivamente objeto de debate. Pero, entonces, ¿cuál es el papel del periodismo científico?
El periodista científico no debe limitarse a cumplir la función de mero “traductor” de los decires del científico y divulgador de su producción, por más relevante que ésta sea. La función estratégica de Ciencia y Tecnología (CeT), el impacto de la producción científica y tecnológica sobre el medio ambiente y el bienestar de la sociedad en general exigen un cambio sustancial en la relación entre periodistas, científicos y sociedad. Es necesario acabar con la dependencia del periodista al respecto del discurso científico por falta de capacitación y visión crítica sobre el proceso de producción del conocimiento.
Por desconocimiento de la historia de la ciencia y de las relaciones de poder que envuelven al área, los periodistas raramente discuten la política pública para el área de ciencia y tecnología. Y cuando lo hacen, se ciñen en la práctica al abordaje del volumen y la distribución de recursos, y los programas de becas de estudios. No se ve una reflexión cotidiana sobre el modelo brasileño de políticas públicas de CeT, cuáles son las investigaciones que cuentan con financiación, sus resultados, su distribución geográfica, los criterios de financiamiento y su relevancia social.
La divulgación de la ciencia pasa necesariamente por la perspectiva crítica de la producción de conocimiento, un rol al que el periodista científico no debe renunciar. Integrar a la sociedad brasileña en el debate sobre la política científica nacional es una tarea impostergable. Esa discusión no puede restringirse a los foros académicos, gubernamentales, empresariales o a los medios especializados. En ese contexto el papel de los medios de comunicación es insustituible.
En asuntos polémicos y controvertidos como clonación y transgénicos, en los cuales la propia comunidad científica con argumentos a favor y en contra, la opinión pública se confunde, sin lograr adoptar una postura. La complejidad natural de temas que involucran información científica, su influencia en la vida de las personas y las relaciones de poder subyacentes a los procesos de decisión, ya sea en la esfera pública o privada, hacen que éste sea un matiz peculiar de la cobertura periodística.
Los temas científicos y tecnológicos requieren cuidados adicionales en la reconstrucción de la información. Ante los impasses y desafíos causados por la ciencia moderna, esta discusión debe ser ampliada y contextualizada en una perspectiva histórica, política, económica y social, dando capacidad a la opinión pública para que, por medio de sus representantes sociales, pueda convertirse en sujeto activo en el proceso de formulación de las políticas públicas de CeT para el país.
Graça Caldas es periodista e investigadora del área de Divulgación Científica y Políticas de CeT de la Universidad Metodista de São Paulo.
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