Un estudio efectuado por médicos de la Universidad de Utah entre 457 atletas y personal de apoyo del equipo estadounidense que participó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016 no detectó ningún caso de infección por el virus del Zika. Sin embargo, un 7% de los individuos (32 casos) dio positivo para otras arbovirosis, que habrían contraído durante su permanencia en la capital fluminense. Mediante análisis de sangre o serología, se confirmaron dos casos de infección por dengue, tres por chikunguña y 27 por el virus de la fiebre del Nilo Occidental (Open Forum Infectious Diseases, 4 de octubre). Los autores del trabajo efectuaron test entre los miembros del equipo de Estados Unidos poco antes e inmediatamente después de las olimpíadas.
“Los que registraron serología negativa antes del viaje y positiva después de los juegos habrían presentado la forma asintomática de la fiebre del Nilo Occidental mientras estaban en Brasil”, dice el pediatra Krow Ampofo, uno de los autores del estudio. En Brasil no hay registros sistemáticos sobre los casos de fiebre del Nilo Occidental, cuyo virus se transmite al hombre principalmente a través de los mosquitos del género Culex, el zancudo más popular, y Aedes. El primer caso en seres humanos en el país fue registrado en 2014, en el interior del estado de Piauí. En Estados Unidos, la presencia de ese virus es relativamente común.
La mayoría de los infectados es asintomática aunque en menos del 1% de los casos la enfermedad puede provocar serios problemas neurológicos, tales como encefalitis y meningitis, y hasta llevar a la muerte. “El resultado del estudio es raro y no está comprobado”, pondera el virólogo Maurício Lacerda Nogueira, de la Facultad de Medicina de São José do Rio Preto (Famerp). “Pero no me sorprendería que hubiera muchos más casos de fiebre del Nilo Occidental de lo que imaginamos”.
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