En 2006, Brasil fue considerado por la Organización Panamericana de la Salud, el primer país de Latinoamérica en eliminar al transmisor de la enfermedad de Chagas: la vinchuca (Triatoma infestans, más conocido en Brasil como ‘barbeiro’ [barbero], por picar en el rostro de quien duerme). Fue un adelanto importante y digno de reconocimiento rumbo a la erradicación del mal de Chagas en el país, pero representa tan sólo un primer paso. Pese a la eliminación de la vinchuca, mediante el uso de insecticidas, actualmente, casi un siglo después de que Carlos Chagas descubriera el ciclo completo de la enfermedad que lleva su nombre, el país aún no se halla libre de la enfermedad. Tomando como parámetro los 3,5 millones de portadores de la enfermedad en la actualidad y considerando que no ocurrirán nuevos contagios, el médico Eduardo Massad, de la Universidad de São Paulo, calculó cuanto tiempo será necesario para erradicar el mal de Chagas. El resultado: aún pasarán décadas antes que el país se halle libre de la dolencia (Epidemiology and Infection). Massad advierte acerca del mayor desafío por enfrentar: el propio éxito. Los resultados logrados pueden reducir el interés político y el presupuesto para combatir el problema. No es un juego. En el país existe un centenar de especies de animales que cobijan el parásito, y la negligencia de las autoridades sanitarias puede ser suficiente para que la enfermedad reaparezca en niveles elevados.
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