El Consejo Superior de la FAPESP aprobó un cambio en la política para la propiedad intelectual generada por proyectos de investigación financiados por la Fundación. La FAPESP no exige más ser la titular de patentes siempre que eso sea del interés de la institución de investigación que sea sede del proyecto. La norma anterior establecía la división de la titularidad de la propiedad intelectual entre la Fundación y la institución a que está vinculado el investigador responsable por la patente. De acuerdo con la decisión del consejo, uno de los objetivos del cambio apunta a adecuarse a las exigencias de la Ley de Patentes, según la cual la propiedad intelectual siempre pertenece a la institución que emplea al investigador. “El cambio también busca crear condiciones para estimular la valoración de la propiedad intelectual dentro de las instituciones de investigaciones, como prevé la Ley de Innovación”, dice el director científico de la Fundación, Carlos Henrique de Brito Cruz.
En el período de 1999 a 2003 la FAPESP encaminó 83 pedidos de registros de patentes al Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI), lo que le valió el 7º lugar en el ranking general de solicitudes. Eso fue un resultado de la norma que establecía la titularidad de las patentes para la Fundación. La nueva directriz tiene como fundamento la idea de que la FAPESP no debe sustituir a las instituciones de enseñanza e investigación, sino ayudarlas a valorar la propiedad intelectual por medio de apoyo y financiamiento. Además del registro y de la protección de la patente, es necesario buscar el licenciamiento de la propiedad intelectual con las empresas, y ese esfuerzo debe hacerlo la institución que alberga el proyecto.
La minuta de la nueva política se debatió el día 4 de mayo en una reunión de la directiva científica de la Fundación con prorrectores de investigación de las principales universidades paulistas y aprobada el día 30 de mayo por el Consejo Técnico Administrativo (CTA) de la FAPESP, antes de elevársela al Consejo Superior. Aunque no exija más ser titular de la propiedad intelectual, la FAPESP cede el derecho de compartir los beneficios eventualmente obtenidos por las patentes. En lo que respecta a los royalties, la directriz estipula que la FAPESP negociará una fracción de la parte que cabe a la institución de investigación. Documentos como el Término de Otorgamiento deberán ser alterados y un Término del Convenio pasará a especificar, con base en las nuevas reglas, las condiciones combinadas entre instituciones de investigación, la FAPESP y las empresas, en los casos de los programas Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (Pipe) y Alianzas para la Innovación Tecnológica (Pite).
Estructura de apoyo
La FAPESP continuará apoyando las propuestas de auxilio para el registro de patentes en el ámbito del Programa de Apoyo a la Propiedad Intelectual (Papi). El Núcleo de Patentes y Desarrollo de Tecnología (Nuplitec) de la Fundación permanecerá como una estructura complementaria para el apoyo a investigadores, universidades e institutos de investigación en la búsqueda de licenciamientos de la propiedad intelectual de los inventos resultantes de las investigaciones financiadas por la FAPESP. En la norma aprobada, el Consejo Superior afirma que la propiedad intelectual en instituciones académicas “debe ser un medio para intensificar los resultados institucionales en la búsqueda de la difusión del conocimiento con el objetivo de crear desarrollo”. Y enfatiza que las patentes no deben verse como una forma de ganar dinero. “Es bien conocido y documentado el hecho de que pocas instituciones académicas del mundo ganan más dinero con la propiedad intelectual que lo que gastan con su generación y mantenimiento. De cualquier manera, es esencial que se preocupen y se involucren con esta actividad debido a su compromiso con la difusión del conocimiento y la generación de nuevas oportunidades.”