Estudios ictiofaunísticos del Bosque Atlántico han sido publicados en relativamente pocos trabajos, pese a la gran importancia biológica de este bioma que, habiendo sido más vasto en el pasado, viene desapareciendo rápidamente debido al crecimiento desordenado de las poblaciones humanas y a la explotación desmesurada de los recursos naturales. El estudio que lleva por título “Ictiofauna del río Jurubatuba, Santos, São Paulo: un refugio de diversidad en tierras impactadas”, de George Mendes Taliaferro Mattox y José Manoel Pires Iglesias, de la Universidad de São Paulo, apuntó a relevar la fauna de peces de una cuenca relativamente conservada ubicada entre las ciudades de Santos y Cubatão, en el litoral paulista, un área muy alterada por la actividad humana y que adolece de estudios ictiofaunísticos recientes. Se realizaron recolecciones durante tres campañas en el río Jurubatuba, un curso de agua costero de mediano porte, y en el arroyo Sabão, uno de sus afluentes. Hubo muestras de 2.773 ejemplares pertenecientes a 25 especies de 14 familias. Seis especies son primariamente marinas y utilizan la parte más alta del río Jurubatuba. Doce de las 19 especies de agua dulce son endémicas del Bosque Atlántico y cuatro aparecen en listas regionales de especies amenazadas. Sólo cinco especies aparecieron en el río Jurubatuba y en el arroyo Sabão concomitantemente. La familia más diversa fue Characidae, seguida de Poeciliidae, Rivulidae y Heptapteridae. Phalloceros caudimaculatus fue la especie más abundante, seguida de Poecilia vivipara y Geophagus brasiliensis. El área de estudio es considerada preservada y debido a su ubicación crítica, requiere de políticas conservacionistas para proteger su diversidad de peces.
Biota Neotropica – Tomo 10 – nº 1 – Campinas – abr. 2010
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