Una idea sencilla puede ayudar a menguar los serios problemas ocasionados por las lluvias en la ciudad de São Paulo: la construcción, en casas y edificios, de reservorios para almacenar el agua que cae del cielo. La propuesta, creada por el matemático e inventor Elair Antônio Padin, se transformó al comienzo de este año en la Lei das Piscininhas, una ordenanza aprobada por la Cámara Municipal de São Paulo (Concejo Deliberante) y sancionada por la Alcaldía. La medida tiene por objetivo reencausar el agua pluvial que desciende por los desagües y canaletas hacia esos minirreservorios. Este mecanismo retendrá el agua durante la lluvia, evitando así que ésta se acumule en las calles y provoque inundaciones. Este líquido podrá ser infiltrado en el suelo o reutilizado con fines no potables, tales como descargas de sanitarios y lavado de coches.
La ordenanza vale para las nuevas construcciones ubicadas en lotes con área impermeabilizada superior a 500 m2. El volumen del reservorio depende de un cálculo que tiene en cuenta tres factores: el área impermeabilizada del terreno, el índice pluviométrico y el tiempo de duración de la lluvia. Para un terreno con área impermeabilizada de 500 m2, por ejemplo, la capacidad del reservorio será de 40 m2. Este mismo proyecto está siendo implementado en ciudades de la región nordeste de Brasil que sufren con el estiaje. En esta zona, el agua será reutilizada en los períodos de sequía. “Las escuelas de Campina Grande serán las primeras que adoptarán esta medida”, afirma Padin.
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