La capacidad del propóleos, una resina producida por las abejas, en sellar y esterilizar colmenas es ya conocida en ámbito de la ciencia. Varios estudios también señalan que la sustancia tiene poder antiséptico, cicatrizante, antimicrobiano, antiinflamatorio y antioxidante, entre otros. Enterado de eso, un equipo de investigadores brasileños, liderados por el químico cubano José Agustín Pablo Quincoces Suárez, profesor de la Universidad Bandeirante de São Paulo (Uniban), sintetizó en el laboratorio compuestos químicos similares a los hallados en el propóleos con el objetivo de estudiarlos y en el futuro usarlos en la formulación de medicamentos. Esta investigación, que empezó hace siete años, comprobó ser prometedora y los primeros resultados comienzan a aparecer. Una familia de compuestos se ha mostrado altamente eficaz en el tratamiento de células cancerígenas humanas en pruebas in vitro y con animales de laboratorio. “Los resultados son animadores y muestran que estamos en el camino correcto. Ya depositamos dos patentes referentes a los métodos de obtención de las sustancias, a los compuestos en sí y sus aplicaciones”, destaca Quincoces.
Llegar a ese estadio de la investigación, sin embargo, no fue nada fácil. El primer desafío fue exactamente conseguir producir compuestos similares a los existentes en el propóleos. Para eso, los investigadores usaron como materia prima insumos químicos empleados por las industrias de alimentos y de fármacos. Después de mucha experimentación, cinco familias de compuestos -bautizadas con las letras HB, L, Q, V y HMF- dieron señales de ser prometedoras. Pero cabe una pregunta: ¿si esas sustancias son encontradas en la naturaleza, por que sintetizarlas en el laboratorio? La respuesta es simple. Como esos compuestos están presentes en concentraciones muy bajas en el propóleos, del orden de los microgramos o miligramos, ellos serían insuficientes para la realización de estudios farmacológicos y, dependiendo de los resultados, para la producción de medicamentos. Además de eso, al ser producidos en laboratorio, esas sustancias pueden tener sus propiedades mejoradas por medio de técnicas del modelado computacional. “En algunos casos, alteramos la estructura original de ellas para llegar a una molécula más eficiente, sea en el aumento de su actividad biológica o en la reducción de su toxicidad”, explica la farmacéutica Daniela Gonçales Rando, investigadora del grupo en la Uniban.
El paso siguiente después de la síntesis en el laboratorio fue iniciar los testes con los diferentes compuestos con el fin de comparar sus actividades terapéuticas. Para eso, el grupo estableció una alianza con diversas instituciones de investigación en Brasil y en el exterior. Los primeros ensayos con la familia de compuestos HB tuvieron su inicio en el 2001 en el Centro Multidisciplinario de Investigaciones Químicas, Biológicas y Agrícolas (CPQBA) de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp). “Fueron realizados, con éxito, testes in vitro antitumorales y antimicrobianos y testes toxicológicos in vivo, en animales. Al año siguiente, investigadores del Laboratorio de Inmunología de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) comenzaron a hacer ensayos antitumorales con compuestos de la familia V”, relata Quincoces, que es el coordinador del Laboratorio de Síntesis Orgánica de la Uniban.
En aquel mismo año, el inmunólogo Durvanei Augusto Maria, del Instituto Butantan, en São Paulo, se unió al grupo y comenzó a realizar una batería de testes antitumorales y de toxicidad de compuestos de la familia HB. Esos testes mostraron que la sustancia fue capaz de impedir la progresión de tumores de un tipo de melanoma, un tipo de cáncer de piel, en pequeños ratones domésticos.
La buena noticia es que los resultados fueron positivos aún cuando la dosis inyectada fue en cantidad bien inferior a la utilizada por drogas antitumorales disponibles en el mercado. Otro aspecto fue que la sustancia inhibió la ocurrencia de metástasis. “Tenemos evidencias, aún no comprobadas, de que el compuesto induce a la muerte celular por apoptosis, el llamado ‘suicidio celular'”, dice Quincoces. “Además de eso, percibimos que las células cancerígenas fueron eliminadas sin daño a las células sanas, al contrario de lo que ocurre con la mayoría de los medicamentos para el tratamiento de cáncer.” Esos hechos fueron comprobados por medio de estudios histopatológicos (análisis de lesiones) de órganos y tejidos realizados por el profesor Paulo Pardi, de la Uniban.
Otra línea de la investigación es conducida por la biomédica Clizete Sbravate Martins, investigadora independiente y ex-coordinadora del curso de biomedicina en la Uniban. Ella se encargó de los testes antiparasitarios con los compuestos fenólicos de la familia HB, que comenzaron a ser ejecutados en los laboratorios de investigación de la Uniban y posteriormente en el Departamento de Parasitología del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICB) de la USP. “El parásito testado fue el causador de la leishmaniasis, una enfermedad grave con importante ocurrencia en países pobres. Realizamos ensayos in vitro e in vivo y constatamos un efecto bastante acentuado del compuesto. Mientras que en los pequeños ratones domésticos infectados no tratados existió un aumento de 80% del tamaño de la lesión cutánea – una de las manifestaciones de la enfermedad -, en los animales tratados no fue registrada progresión de la lesión”, dice la investigadora. Esos resultados son importantes porque los únicos medicamentos aprobados para el tratamiento de la leishmaniasis son tóxicos.
Ensayos antitumorales – El trabajo también cuenta con la cooperación de investigadores de la Universidad del Sur de Santa Catarina (Unisul), responsables de los ensayos in vivo relativos a las propiedades analgésicas y antiinflamatorias de los compuestos. En esa vertiente de la investigación excelentes resultados están siendo observados. En el Instituto Ludwig Boltzmann de Oncologia Clínica de la Universidad de Viena, en Austria, el profesor Gerhard Hamilton desarrolla testes antitumorales con los compuestos de las familias L, Q y HMF. “Ellos ya obtuvieron óptimos resultados en estudios in vitro para varios tipos de tumor, con cánceres de cabeza y de páncreas, que son fatales”, afirma Quincoces.
A pesar de los buenos resultados obtenidos hasta ahora, un largo camino aún necesita ser recorrido para que la sustancia se transforme en un medicamento. El equipo necesita concluir los estudios farmacocinéticos, relativos a la absorción del compuesto por el organismo y a la forma de administración, que son estudios de formulación dirigida, desvendar el mecanismo exacto de acción del compuesto por el organismo y realizar testes en otras especies animales. El grupo estima que dentro de dos o tres años esas etapas serán concluidas y podrán ser iniciados los testes en humanos, otro estadio fundamental de la investigación. “Estamos en conversaciones con un fabricante nacional de medicamentos y con un instituto de investigación, cuyos nombres no podemos revelar, que se interesaron por la realización de testes clínicos y por la producción del medicamento”, dice Quincoces.
Los Proyectos
1. Síntesis de heterociclos prenilados a partir de productos naturales.
2. Propiedades antiparasitarias de la 1,5-bis (4-hidroxi-3-metoxi-fenil)-penta-1,4-dien-3-ona y sus derivados.
3. Propiedades antitumorales de la 1,5-bis (4-hidroxi-3-metoxi-fenil)-penta-1,4-dien-3-ona y sus derivados.
Modalidad
1. Línea Regular de Auxilio a la Investigación
2. Programa de Apoyo a la Propiedad Intelectual (Papi)
3. Programa de Apoyo a la Propiedad Intelectual (Papi)
Coordinador
José Agustín Quincoces Suárez – Uniban
Inversión
1. 95.804,46 reales y 22.380,94 dólares (FAPESP)
2. 9.500,00 reales (FAPESP)
3. 58.261,39 reales (FAPESP)