Un sistema integrado por cuatro colmenas interconectadas, con sus respectivas reinas, resultó en una producción de miel un 40% superior, en comparación con colmenas aisladas. Antônio José Balloni, investigador del Centro de Investigaciones Renato Archer (Cenpra) y criador de Apis mellifera en Conchal (interior de São Paulo) dio inició a las pruebas para incrementar la productividad de los colmenares en 1998.
Según Balloni, las colmenas inicialmente deben ser dispuestas más o menos a un metro de distancia unas de otras, para que las abejas puedan efectuar el reconocimiento geográfico del nuevo local. Las puertas de las mismas deben apuntar en la misma dirección. Tres días después, la distancia es reducida a cerca de 50 centímetros, y en el décimo día, las colmenas son apoyadas una en la otra. Pero antes, es necesario poner encima de cada una de éstas una pantalla excluidora, que permite el paso únicamente de una abeja obrera.
Arriba de dicha pantalla debe colocarse un panal para que la abeja comience a recoger miel al comienzo de la floración, y a la semana siguiente otro panal cruzando el posterior, para “mezclar” las colmenas. Balloni dice que también es necesario establecer patrones visuales con pintura u objetos a la entrada de cada colmena, para que las abejas reconozcan que es la suya. El sitio www.whb.com.br/apiario brinda detalles de la investigación.
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