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Fueron necesarias dos décadas para que editoriales tales como Ibep y Ática adoptasen el lenguaje de las historietas en sus libros de portugués, geografía, historia y matemática. Desde entonces, la aceptación de las revistitas por parte de los profesores, como refuerzo extra didáctico, parecía pacífica. En realidad, las historietas se convirtieron casi siempre en el primer contacto de varias generaciones de niños con el aprendizaje de la lectura, la escritura y el entretenimiento, aparte de objeto de gran valor afectivo, siempre ligado con la infancia. Eso es lo que expone en su tesis Valéria Aparecida Bari, intitulada El potencial de las historietas para la formación de lectores: la búsqueda de un contrapunto entre los panoramas culturales brasileño y europeo, con la dirección del profesor Waldomiro de Castro Santos Vergueiro, de la escuela de Comunicaciones y Artes (ECA) de la USP.
En su investigación, Bari se propuso discutir la importancia de las historietas en la formación del gusto por la lectura en los niños, partiendo de las experiencias en dos países: Brasil y España. Al mismo tiempo, se abocó en la comprensión de los mensajes transmitidos tanto por el texto de las historias como por los dibujos que son indisociables y se complementan en este tipo de arte. Según la investigadora, los elementos que constituyen las historietas, como son sus textos, abren las posibilidades de inserción de los productos del lenguaje gráfico secuencial en las prácticas bibliotecológicas y pedagógicas actuales. La lectura de historietas forma lectores a los que les gusta de todo tipo de lecturas, con la ventaja de crear también una cultura de lectura infantil y comunidades lectoras de gran envergadura, observa. Al fin y al cabo, es necesario recordar que la formación del lector sólo alcanza madurez si a la persona le gusta leer. El vínculo emocional resulta un elemento fundamental. En este sentido, las historietas, aparte de su facilidad para revelar contenidos complejos a los lectores principiantes, también maduran la relación emocional entre el lector y su lectura.
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La alfabetización, prosigue, comprende fases evolutivas como prerrequisitos para el desarrollo de las habilidades y competencias lectoras. Primeramente, la decodificación, que requiere la memorización del registro del lenguaje escrito y su reproducción gráfica. Luego, la reproducción, la repetición y la producción propia, que requiere la memorización de las estructuras más complejas del lenguaje escrito, al mismo tiempo que el desarrollo de habilidades motoras para la reproducción de letras y señales gráficas, destrezas lingüísticas y articulación de ideas y razonamientos. La práctica de la lectura y escritura como ejercicios de reproducción, repetición y producción, cuando es bien conducida, conlleva la formación de hábitos lectores. Los hábitos, a su vez, derivan en el gusto por la lectura, la parte más refinada y personal del proceso de ilustrar a alguien.
En ese contexto, las historietas contribuyen en forma relevante con todas esas fases: ayudan muchísimo en la memorización, estimulan naturalmente la reproducción y producción propia del lector, habitúan a los niños con la lectura y, de manera mucho más clara, desarrollan el gusto por la lectura. Todas estas fases cuentan con un común y gran esfuerzo mental, sufrimiento y compromiso necesario por parte del individuo, para el éxito de su alfabetización. Como ventaja adicional, preparan el cerebro para trabajar integradamente con los hemisferios derecho e izquierdo, toda vez que utilizan un lenguaje híbrido, facilitando la subjetividad y preparando al cerebro para el pensamiento complejo. En su opinión, no sería posible comprender el fenómeno de la formación del lector, es decir, de la alfabetización, sin las vivencias sociales en los ambientes en los cuales sucede la apropiación social de la lectura. Ni sería procedente que hubiese obtenido el grado de especialista, sin vivir y revivir el fenómeno de la lectura en su plenitud. Las historietas llaman la atención por los aspectos más positivos de la lectura, tornando la enseñanza de la lectura más afectiva y volcada a la formación del gusto y la personalidad del lector, tal como lo pude corroborar en mis entrevistas para la investigación, yendo mucho más allá de las lecturas que no podrían dejar de incumbir a una investigación científica.
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Vergueiro lamenta que haya en Brasil e igualmente en todo el mundo un sub-aprovechamiento de las historietas en las aulas, en sus más variadas formas como refuerzo paradidáctico, como estímulo a la alfabetización (toda vez que es una forma de entretenimiento), etc. La conexión del texto con la imagen que existe en las historietas amplía la comprensión que cualquiera de los dos códigos, por sí solo, no conseguiría alcanzar. Según el investigador, existe aún un desconocimiento del medio por parte de los docentes que no les posibilita saber qué escoger y cómo utilizarlo en el aula. A eso se le suma el poco incentivo gubernamental existente para la utilización de las historietas, dejando prácticamente toda la iniciativa por cuenta de los docentes.
Como argumentos para defender la adopción de las historietas en la enseñanza, destaca la familiaridad de los alumnos con ellas y con los elementos de su lenguaje desde sus primeros años de vida, el fácil acceso a los productos derivados, el bajo costo del material (de venta en kioscos de diarios y revistas) comparado con otros medios, la posibilidad de aplicarse virtualmente en todas las áreas y asignaturas y la posibilidad para desarrollar estudios o proyectos multidisciplinarios con historietas. Considero que debemos contar con una actitud permanente de esclarecimiento con los docentes en cuanto a las ventajas y posibilidades de utilización de los cómics en el salón de clases.
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La historieta representa nuevas formas de crear textos y de lectura. Es un arte que, contrariamente a lo que se piensa, precisa ser aprendido y comprendido. La historieta es un medio que puede servir a muchos fines, tales como despertar la creatividad, el razonamiento rápido, la concatenación de ideas, el dominio de técnicas de composición y de exploración visual. Puede constituir un medio para la formación de lectores; pero no pasivos, meros receptores; sino más bien activos, colaboradores importantes en la lectura y construcción de nuevos textos, considera. ¿Quién dijo que aquello que a uno le encanta leer es solo una historieta Seguramente fue alguien que no tomó parte en la Campaña de Desarme Infantil en Recife, donde, en pocas semanas, más de 500 mil armas de juguete fueron intercambiadas por cómics. La pluma de la historieta, ciertamente, es más fuerte que la espada o el revólver. Y bastante más amena para vérsela.
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