Una equipo de investigadores brasileños produjo rayos artificialmente por primera vez en el hemisferio sur. En los últimos días de noviembre, el personal del Centro Internacional de Investigaciones y Pruebas de Rayos, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe, sigla en portugués), repitió la experiencia realizada hace 248 años, cuando Benjamín Franklin remontó un barrilete con una llave en su extremo para probar que la atmósfera estaba cargada de electricidad. Esta vez, los investigadores reprodujeron el fenómeno disparando un cohete que se elevó desenrollando un hilo de cobre, conductor de electricidad, en dirección hacia la tempestad. Realizado en Cachoeira Paulista (San Pablo), el estudio es importante para probar diferentes tipos de pararrayos. “La estimación de los daños causados por rayos en Brasil indican pérdidas de entre 100 y 200 millones de dólares por año”, afirma el coordinador del centro, Osmar Pinto Junior. En razón de la extensión territorial y del clima tropical, Brasil es el país en donde más rayos caen en el mundo: son 100 millones por año o tres por segundo. El centro recibió ayuda financiera por parte de la FAPESP, el Inpe, la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) y algunas empresas privadas.
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