Imprimir Republish

Buenas prácticas

Revisor de sí mismo

Los editores de diversas publicaciones científicas decidieron redoblar las precauciones en la elección de los revisores de artículos

DANIEL BUENOLos editores de diversas publicaciones científicas decidieron redoblar las precauciones en la elección de los revisores de artículos, luego de detectar un insólito tipo de fraude: algunos investigadores se tomaron la costumbre de realizar el peer review de sus propios papers para, en esa forma, eludir las críticas que retrasan o hacen inviable la publicación de los manuscritos. Según publica el sitio The Chronicle of Higher Education, varios periódicos señalaron unos 40 artículos cuyos investigadores practicaron este tipo de fraude. El método era ingenioso: los autores sugerían a los editores una lista de nombres de revisores cuyas cuentas de e-mail, en realidad, estaban controladas por los propios autores. “Me pareció raro, porque envié el artículo y recibí de regreso entusiastas evaluaciones en tan sólo dos días. Los revisores nunca responden tan rápido”, dijo Claudiu Supuran, editor en jefe del Journal of Enzyme Inhibition and Medical Chemistry, quien descubrió y denunció el fraude perpetrado por el surcoreano Hyung-In Moon, profesor asistente de la Dong-A University, en Busan, Corea del Sur. En 2010, Moon remitió un artículo a la publicación y sugirió una lista de potenciales revisores. Pese a la respuesta extrañamente rápida, el artículo acabó publicándose, porque otros dos revisores de confianza de la revista avalaron el artículo. Al año siguiente, Moon envió otro artículo y, nuevamente, una lista de potenciales revisores. Lo que le llamó la atención a Supuran fue que, aunque éstos pertenecían a universidades, sus direcciones de e-mail eran de Gmail o de Yahoo, y no de las instituciones.

Descubierto el fraude, Supuran alertó a otras publicaciones. El resultado fue que 28 artículos del surcoreano han sido retractados. Otro caso salió a la luz en julio, mediante el retiro de un artículo científico publicado en la revista Experimental Parasitology por Guang-Zi He, investigador del Guiyang College of Traditional Chinese Medicine, en China.

He sugirió varios posibles revisores que en realidad existían, pero los correos suministrados estaban todos vinculados a servicios de correo electrónico de China, aunque los nombres fueran de varios países. La sospecha condujo a una investigación, que culminó con la suspensión de un artículo publicado en febrero, en el que el investigador identificaba un blanco potencial para una vacuna contra una infección bacteriana. El caso revela una falla de los editores. La revista Experimental Parasitology pertenece a la editorial Elsevier, que también sufrió un problema similar en una revista de matemática. La empresa, que dispone de un banco de datos de revisores de uso obligatorio por parte de los editores, informó que descubrió una vulnerabilidad en el sistema y que ya la corrigió. Cualquier autor puede sugerir nombres de revisores o pedir que sus artículos no se envíen a adversarios. Pero cabe a los editores la utilización de contactos de sus bancos de datos, y no los aportados por los autores.

Republicar